Explosión en el Polígono de Spegazzini: una emergencia química que expuso riesgos estructurales, fallas de control y la vulnerabilidad ambiental del conurbano

01/12/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
ezeiza-2

La noche del 14 de noviembre, una enorme explosión seguida de un incendio de gran magnitud en el Polígono Industrial de Spegazzini (Ezeiza), dejó en evidencia un escenario de altísimo riesgo químico en pleno conurbano bonaerense. Lo que ardió no fue solo un depósito: se incendió un sistema entero de control ambiental y prevención que mostró sus límites. La columna de humo negro que cubrió kilómetros fue apenas la parte visible.

El predio —130 hectáreas abiertas donde operan más de 25 empresas químicas, logísticas e industriales— concentraba sustancias inflamables, corrosivas y tóxicas: hidrosulfito de sodio, aluminio en polvo, cianuro, bromuro de metilo, gas butano, tambores de 200 litros y materiales farmacéuticos. Las pericias iniciales confirmaron que el foco del incendio se originó en Logischem, una firma dedicada al almacenamiento y distribución de productos químicos.

Una explosión con onda expansiva que afectó a toda la región

Las detonaciones quebraron vidrios, dañaron techos y provocaron lesiones en barrios ubicados a varios kilómetros. El Ministerio de Salud bonaerense reportó:

  • 15 heridos leves por la onda expansiva
  • 1 persona con infarto
  • 1 embarazada con dificultades respiratorias
  • 24 heridos en el sitio, ocho derivados a hospitales

Más de 20 dotaciones de bomberos trabajaron durante días para controlar el fuego.

Un riesgo conocido: la contaminación del aire como amenaza estructural

El episodio vuelve a mostrar lo que la ciencia viene señalando hace décadas: la combustión masiva de productos químicos libera una mezcla de contaminantes con efectos graves para la salud humana y el ambiente. Entre ellos:

  • monóxido y dióxido de carbono
  • óxidos de nitrógeno y de azufre
  • contaminantes orgánicos volátiles
  • hidrocarburos aromáticos policíclicos
  • material particulado PM10 y PM2.5
  • cloruro de hidrógeno
  • compuestos clorados persistentes
  • ácido cianhídrico

Los PM2.5 —que ingresan al torrente sanguíneo y pueden llegar al cerebro— registraron 141 µg/m³ en la estación de monitoreo de ACUMAR en La Matanza, casi diez veces el límite recomendado por la OMS (15 µg/m³).

Durante horas, el aire fue “no saludable para grupos sensibles”, confirmando el riesgo respiratorio y cardiovascular para niños, personas mayores y quienes padecen enfermedades preexistentes.

Un antecedente que no sorprendió a la comunidad científica

Lo ocurrido remite inmediatamente a los eventos tóxicos de Ingeniero White en el año 2000 (escape de cloro y amoníaco). Aquello obligó a implementar protocolos como:

  • APELL (ONU/PNUMA) de preparación ante emergencias químicas
  • planes de contingencia comunitarios
  • protocolos de articulación entre industria, Estado y ciudadanía

En Spegazzini, la magnitud del evento muestra que estos mecanismos preventivos no fueron suficientes o se aplicaron de forma parcial.

Qué dicen las normativas y cuáles son las obligaciones del Estado

El predio se encuentra bajo regulación cruzada de:

  • Ministerio de Ambiente bonaerense
  • Ministerio de Salud
  • ACUMAR, dado que está dentro de la Cuenca Matanza–Riachuelo

Las obligaciones incluyen:

  • controles periódicos
  • límites estrictos de emisiones
  • habilitaciones industriales actualizadas
  • monitoreo de aire y agua
  • información pública inmediata según el Acuerdo de Escazú y la Ley 25.831

También rige el Principio Precautorio de la Ley General del Ambiente: ante riesgo, se actúa aunque no exista certeza científica absoluta. La explosión mostró fallas críticas en ese andamiaje.

La respuesta oficial: calma, pero con dudas

Las autoridades emitieron recomendaciones de permanecer en los hogares. Defensa Civil y el Ministerio de Salud informaron que:

  • no detectaron gases tóxicos puntuales
  • lo predominante era “material particulado”
  • el humo no representaba “una nube tóxica”

Sin embargo, los registros ambientales muestran niveles elevados de PM2.5 y PM10, y testimonios de vecinos y extrabajadores alimentaron la preocupación:

“Era una bomba de tiempo. Cuando tomaban muestras usaban trajes especiales. Todo eso se quemó y está en el aire”.

Testimonios vecinales: olor a plástico, cenizas y una nube negra

Durante horas, los barrios cercanos vivieron entre:

  • humo espeso
  • olor intenso a plásticos y químicos
  • cenizas en suspensión
  • ambientes irritantes
  • preocupación por efectos diferidos en la salud

El episodio volvió a mostrar la desigualdad estructural: quienes viven cerca de polos industriales suelen ser comunidades vulnerables, expuestas históricamente a contaminaciones crónicas.

Qué exige la ciencia después de un evento de esta magnitud

Según los estándares de OMS, ONU y OMM, se deben realizar:

  1. Monitoreo de salud de la población expuesta
    • evaluación de síntomas respiratorios
    • seguimiento cardiovascular
    • vigilancia de efectos en niños y embarazadas
  2. Monitoreo ambiental sostenido
    • muestreo de aire, suelo y sedimentos
    • análisis de metales pesados y compuestos orgánicos
    • control de cursos de agua vinculados a ACUMAR
  3. Investigación integral del predio
    • inventario de químicos almacenados
    • peritajes sobre normas de seguridad y almacenamiento
    • verificación de cumplimiento normativo
    • responsabilidades civiles, ambientales y penales

Una lección estructural: lo que dejó el incendio

El episodio de Spegazzini revela un patrón repetido:

  • almacenamiento masivo de sustancias peligrosas
  • controles irregulares o insuficientes
  • predios instalados cerca de barrios vulnerables
  • falta de información pública en tiempo real
  • desconfianza entre comunidad, gobierno e industria

La Cuenca Matanza–Riachuelo ya había sido señalada por la Corte Suprema en el fallo “Mendoza” como una zona donde el Estado tiene obligaciones reforzadas de protección ambiental y sanitaria. Hoy los hechos vuelven a demostrar que esas obligaciones siguen siendo insuficientes.

Lo más visto

Suscríbete a La Política Ambiental para recibir periódicamente las novedades en tu email