Buenos Aires: Incendios en Bragado y Mechita, Sequía, viento y descuido, la combinación mortal detrás de los incendios

27/01/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
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La sequía extrema, el viento imparable y la falta de lluvias son la combinación perfecta para generar incendios forestales de magnitud devastadora. En la tarde del domingo 25 de enero, un gigantesco incendio afectó la zona del camino rural que une Bragado con Mechita, en la provincia de Buenos Aires. Afortunadamente, 40 bomberos lograron controlarlo en la madrugada del lunes, pero los daños fueron evidentes: postes de energía eléctrica afectados, tendidos de fibra óptica comprometidos, y una gran amenaza para la flora y fauna local. La intervención rápida de los bomberos de distintas localidades, como Alberti y Mechita, evitó que las vías ferroviarias fueran alcanzadas por las llamas, garantizando que los trenes circularan con normalidad.

Este tipo de eventos no son aislados, sino parte de un patrón cada vez más frecuente en un contexto de cambio climático. Según expertos, las condiciones climáticas extremas —altas temperaturas, sequía prolongada y vientos fuertes— aumentan considerablemente el riesgo de incendios en todo el país, especialmente en áreas rurales y suburbanas. En la misma jornada, en Bragado y Mechita se registraron múltiples focos de incendio, y la situación empeoró conforme el viento avivaba las llamas. Romina Rodríguez, delegada municipal de la zona, comentó que el incendio se reactivó en varias ocasiones, y que el trabajo de los bomberos fue arduo y peligroso, con varios de ellos siendo atendidos por golpes y caídas.

El impacto ambiental de estos incendios es significativo. Además de los daños a la infraestructura, las llamas afectan la biodiversidad local, destruyendo hábitats de animales autóctonos y deteriorando los suelos. La tala y quema descontrolada de árboles —como ocurrió en Uribelarrea, donde se sospecha que la quema de ramas sin precauciones adecuadas generó un incendio masivo— también contribuye a la pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas.

Un llamado de alerta general por parte de los bomberos exhortó a la comunidad a extremar las precauciones para evitar nuevos siniestros. "Es fundamental la colaboración de todos", afirmaron, mientras se coordinaban esfuerzos para extinguir los focos de incendio que seguían activos. Además, el aumento de incendios de pastizales y la falta de medidas preventivas más estrictas reflejan un problema de fondo: la falta de conciencia sobre los riesgos ambientales y la urgencia de actuar ante la crisis climática.

¿Accidente o negligencia?

El incendio de Uribelarrea, que quemó cerca de 100 hectáreas, es otro ejemplo de cómo las acciones humanas pueden agravar los efectos del cambio climático. En este caso, la Fiscalía 2 abrió una causa por “Averiguación de ilícito” tras determinar que la quema de ramas en un desmonte sin los cuidados necesarios podría haber sido el desencadenante. A pesar de los esfuerzos previos por controlar los focos en la zona, el viento reactivó el fuego, cruzando la ruta y afectando las chacras cercanas.

Las autoridades investigan si la quema fue autorizada por la Municipalidad o si se realizó sin los permisos correspondientes. La tala masiva de árboles también plantea dudas sobre la legalidad de estas prácticas, dado que existen ordenanzas locales de protección del arbolado. Sin embargo, la negligencia humana y la falta de medidas adecuadas de prevención y control podrían haber sido los principales factores que desencadenaron este desastre ambiental.

La importancia de la acción inmediata

La situación de los incendios forestales es una clara llamada de atención para la sociedad argentina. En un contexto de cambio climático global, la prevención debe ser una prioridad. Si bien los bomberos y las autoridades locales están trabajando arduamente para controlar estos siniestros, la responsabilidad recae sobre todos: tanto las autoridades que deben implementar políticas públicas más estrictas, como los ciudadanos que deben tomar conciencia sobre los riesgos que implican las acciones irresponsables.

El gobierno debe aumentar los esfuerzos para proteger los recursos naturales y reforzar las medidas de prevención. Es urgente invertir en educación ambiental y fomentar un cambio cultural en la forma en que interactuamos con nuestro entorno. Esto incluye respetar las ordenanzas de protección del medio ambiente, evitar quemas no controladas y reducir la huella de carbono, que contribuye al calentamiento global y, en consecuencia, a la intensificación de fenómenos climáticos extremos.

Mientras tanto, los incendios forestales seguirán poniendo en riesgo a las comunidades, la biodiversidad y los recursos naturales del país. La clave está en actuar rápido, de manera responsable y con una visión a largo plazo que tenga en cuenta el futuro del planeta.

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