Crisis de contaminación en Bangkok: 103 colegios cerrados por el smog

Bangkok, la capital de Tailandia, atraviesa una grave crisis de contaminación atmosférica. Esta semana, 103 escuelas fueron cerradas debido a los niveles extremadamente altos de smog que cubren la ciudad, generando serias preocupaciones por la salud de sus habitantes. Las autoridades tailandesas recomendaron a la población trabajar desde casa y evitar actividades al aire libre mientras los niveles de polución se mantienen en niveles críticos.

El gobernador de Bangkok, Chadchart Sittipunt, explicó que las medidas son una respuesta a la persistencia de condiciones de alta contaminación y a la previsión de que los niveles del Índice de Calidad del Aire (ICA) se mantendrán en cifras perjudiciales durante los próximos días. Actualmente, el ICA en la ciudad se encuentra en 137 puntos, un rango considerado insalubre para personas sensibles, como niños, ancianos y personas con problemas respiratorios.

El principal contaminante son las partículas PM2,5, que tienen la capacidad de penetrar profundamente en los pulmones y generar graves problemas de salud a largo plazo. Estas partículas alcanzaron concentraciones de 50 microgramos por metro cúbico (mcg/m³), superando el límite recomendado por las autoridades tailandesas de 37,5 mcg/m³. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que la exposición prolongada a estas partículas puede causar enfermedades respiratorias, cardiovasculares y hasta cáncer.

Medidas contra el smog

Ante la grave situación, las autoridades de Bangkok implementaron una serie de medidas para intentar mitigar los efectos de la contaminación. Se ha promovido el teletrabajo hasta el viernes, se han impuesto restricciones al tráfico de camiones pesados y se han emitido alertas sobre la visibilidad reducida por el smog. Además, el gobernador de la ciudad instó a la población a reportar cualquier quema de residuos en sus comunidades y a utilizar mascarillas si deben salir al exterior.

Factores que agravan la contaminación

El problema de la contaminación en Bangkok se intensifica especialmente durante la temporada seca, que va desde noviembre hasta abril. En este período, la quema de campos agrícolas, las emisiones de vehículos y el humo proveniente de las fábricas contribuyen de manera significativa al deterioro de la calidad del aire. Además, el aumento de los incendios en las áreas rurales este año ha complicado aún más la situación.

Comparación con Nueva Delhi

Esta crisis en Bangkok recuerda a la situación de Nueva Delhi, una de las ciudades con peor calidad de aire en el mundo. Durante los meses de invierno, el índice de calidad del aire de la capital india puede superar los 800 puntos, mucho más allá del máximo medible de 500. Esta burbuja de aire tóxico atrapa los contaminantes cerca del suelo, lo que ocasiona problemas de salud como irritación ocular, dificultad para respirar y fatiga. Según el Instituto Karolinska, el 11,5% de las muertes en Delhi están relacionadas directamente con la contaminación del aire, lo que equivale a unas 12.000 vidas perdidas anualmente.

La crisis de contaminación en Bangkok resalta la urgencia de adoptar medidas efectivas para reducir la polución en las grandes ciudades, con el objetivo de proteger la salud pública y evitar que situaciones como estas se repitan en el futuro.

Lecciones de Bangkok para la Argentina

La crisis en Bangkok es una clara advertencia de lo que podría ocurrir si no tomamos medidas más contundentes frente a la contaminación del aire. La relación entre la calidad del aire y las enfermedades respiratorias, cardiovasculares y hasta el cáncer es innegable. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una exposición prolongada a las partículas PM2,5 puede tener consecuencias devastadoras para la salud pública.

En este sentido, la experiencia tailandesa resalta la importancia de actuar con rapidez para reducir las fuentes de contaminación, invertir en transporte público limpio y promover prácticas agrícolas sostenibles. Además, las autoridades deben ser claras en cuanto a la información pública, fomentando el uso de mascarillas y las recomendaciones sanitarias cuando los niveles de contaminación se disparan.