Córdoba: frenan una minera en Traslasierra tras denuncias vecinales por riesgo ambiental

15/12/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
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Una empresa minera que operaba en el corazón del Valle de Traslasierra quedó clausurada de manera preventiva luego de una serie de denuncias impulsadas por vecinos y organizaciones ambientales de la zona. La decisión judicial fue leída en la región como una señal clara: el avance extractivo sin controles empieza a encontrar límites cuando hay organización comunitaria y presión social.

La actividad se desarrollaba en un área serrana sensible, entre las localidades de Las Tapias y Villa de las Rosas, una región atravesada por arroyos, nacientes de agua y ecosistemas que sostienen tanto la vida cotidiana de las comunidades como pequeñas producciones locales.

Una alarma que venía sonando hace tiempo

El conflicto no apareció de un día para el otro. Desde hace meses, habitantes de Traslasierra venían alertando sobre movimientos, maquinaria y tareas extractivas en una zona donde el agua es un bien escaso y estratégico. Las denuncias crecieron a medida que se conocieron los posibles impactos sobre el suelo, las cuencas hídricas y la biodiversidad serrana.

La presentación judicial, impulsada por vecinos organizados, derivó en una rápida respuesta de la Fiscalía, que ordenó la suspensión total de las actividades hasta que se investigue si hubo irregularidades y si la empresa cumplía con los requisitos ambientales necesarios.

Agua, territorio y vida cotidiana en juego

Traslasierra no es un territorio más. En esa región, muchas familias dependen directamente del agua de arroyos y vertientes para consumo, riego y actividades productivas. Por eso, cualquier intervención minera genera un fuerte rechazo social cuando no hay información clara ni garantías ambientales.

Las asambleas y espacios comunitarios que surgieron en defensa del territorio advierten que la minería en zonas serranas no solo modifica el paisaje, sino que puede comprometer de manera irreversible la calidad del agua y los suelos. Una vez que el daño está hecho, revertirlo suele ser imposible.

Cuando la organización vecinal marca la diferencia

La clausura preventiva fue celebrada por organizaciones ambientales y vecinos autoconvocados como una victoria colectiva. En un contexto donde muchos proyectos extractivos avanzan sin consulta previa, el caso de Traslasierra demuestra que la participación ciudadana sigue siendo una herramienta clave para frenar actividades que ponen en riesgo bienes comunes.

Desde los espacios comunitarios insisten en que la medida judicial es solo un primer paso. La vigilancia sobre el territorio continúa, con la mirada puesta en que no se retomen tareas sin autorización y sin estudios ambientales serios.

Un debate que se repite en todo el país

Lo que ocurre en Traslasierra se conecta con una discusión más amplia que atraviesa a la Argentina: qué modelo de desarrollo se impulsa y a qué costo. En medio de una crisis económica profunda, la minería aparece muchas veces como una salida rápida, pero las comunidades advierten que ese camino puede dejar pasivos ambientales difíciles de reparar.

Para muchos habitantes del valle, la clausura preventiva abre una oportunidad para discutir alternativas productivas que no comprometan el agua ni la salud ambiental, y que respeten la identidad del territorio.

Un freno que abre preguntas

La suspensión de la minera en Traslasierra no resuelve el conflicto de fondo, pero sí marca un límite. En una provincia con una larga historia de luchas socioambientales, el mensaje es claro: el ambiente y el agua no son variables de ajuste.

Mientras avanza la investigación, la comunidad sigue atenta. Porque en Córdoba —y en buena parte del país— el debate ya no es solo minería sí o no, sino cómo se defienden los territorios frente a un modelo que muchas veces prioriza la rentabilidad por sobre la vida.

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