Derrame de ácido en planta de Coca-Cola en Córdoba: Un accidente industrial que refleja una problemática ambiental recurrente

 En la madrugada del sábado, un derrame de ácido clorhídrico en una planta de Coca-Cola Andina, ubicada en Córdoba, encendió las alarmas tanto en la comunidad como entre los servicios de emergencia. Según la Policía de Córdoba, el accidente ocurrió a las 23 horas del viernes, cuando un caño defectuoso provocó el escape de aproximadamente 5.000 litros de esta sustancia química altamente corrosiva. La fuga generó la movilización inmediata de bomberos y equipos de alto riesgo para controlar el derrame y evitar consecuencias más graves.

El incidente tuvo lugar en el establecimiento de Coca-Cola, situado en el kilómetro 327 de la Ruta Nacional 19, y se habría producido en una zona exterior de la planta. La versión oficial de la Policía detalló que el accidente afectó a dos guardias de seguridad, quienes presentaron síntomas de irritación en las vías respiratorias. Como medida preventiva, 120 empleados fueron evacuados, aunque no se reportaron víctimas fatales. Los efectivos del Departamento de Unidades de Alto Riesgo (DUAR), especializados en este tipo de emergencias, trabajaron en el lugar para neutralizar la sustancia con trajes y máscaras especiales.

Discrepancias entre la empresa y las autoridades

Sin embargo, la versión oficial de Coca-Cola Andina difiere en algunos aspectos. A través de un comunicado, la empresa confirmó el escape de ácido clorhídrico, pero aseguró que no fue necesario evacuar la planta productiva. Según la firma, el incidente ocurrió en una zona periférica, fuera del área de producción, y solo un trabajador del servicio de guardia sufrió “leves molestias en las vías aéreas”. La empresa destacó que, tras ser asistido, el empleado se encuentra en buen estado de salud y en su hogar.

Coca-Cola Andina también aseguró que no hubo riesgos para la salud de los empleados y que la calidad de los productos no se vio afectada. No obstante, se indicó que se está llevando a cabo una investigación interna para determinar las causas del desperfecto en el caño y prevenir futuros incidentes.

Este episodio ha puesto nuevamente sobre la mesa las preocupaciones sobre la seguridad de las plantas industriales y la gestión de sustancias peligrosas. Las versiones contradictorias entre la Policía y la empresa dejan abierta la posibilidad de que el impacto del derrame haya sido minimizado, lo que ha generado desconfianza en la comunidad y entre los trabajadores.

Derrames de ácido clorhídrico en otras provincias: Un problema recurrente

Este derrame en Córdoba se suma a una serie de incidentes ocurridos en diferentes provincias argentinas en los últimos años, que reflejan una problemática recurrente relacionada con la gestión de sustancias peligrosas. Un ejemplo claro de esto ocurrió en 2023, en el Salar del Hombre Muerto, en Catamarca, cuando un camión cisterna de la empresa minera Livent volcó mientras transportaba ácido clorhídrico al 30%. En ese caso, se derramaron 1.032 litros de los 1.732 que transportaba el camión. El ácido, utilizado en la minería para disolver metales, es altamente peligroso para el medio ambiente, y que según la empresa pudo recuperar parcialmente el material mediante una bomba y bandejas, pero el impacto ambiental potencial sigue siendo incierto ya que las autoridades provinciales no dieron a conocer las pericias oficiales.

Desastre ecológico en Catamarca: Volcó un camión de la minera Livent con ácido en el Salar del Hombre Muerto

Otro ejemplo ocurrió en 2018 en la provincia de Mendoza, cuando un camión de la empresa minera Barrick Gold sufrió un accidente mientras transportaba ácido clorhídrico para su uso en la extracción de metales. Aunque no se registraron víctimas, las autoridades provinciales decidieron suspender temporalmente las operaciones de la empresa en la zona para realizar una investigación y evaluar los riesgos ambientales asociados al incidente. La minería en Mendoza, al igual que en Catamarca, ha sido escenario de varios accidentes relacionados con la manipulación de productos peligrosos, lo que ha generado una creciente preocupación entre los grupos ecologistas y las comunidades cercanas a las explotaciones mineras.

Impacto ambiental y falta de transparencia

El derrame de ácido clorhídrico, tanto en Coca-Cola Andina como en otros casos, plantea una seria preocupación sobre el manejo de sustancias químicas peligrosas en el país. Estas sustancias pueden tener efectos devastadores sobre el medio ambiente, alterando los suelos y las aguas subterráneas, e incluso afectando a la fauna local. En el caso de Catamarca, por ejemplo, el accidente ocurrió en un área conocida por su escasa actividad biológica y su suelo salino, lo que podría haber minimizado el impacto inmediato. Sin embargo, el riesgo de contaminación a largo plazo permanece, especialmente en ecosistemas vulnerables.

El problema también radica en la falta de transparencia y de una respuesta clara por parte de las empresas involucradas en estos incidentes. Las versiones contradictorias, como las observadas en el caso de Coca-Cola Andina, generan desconfianza en la población, que teme que los impactos ambientales sean minimizados o que no se tomen las medidas adecuadas para prevenir futuros accidentes.

La necesidad de un control más riguroso

Este tipo de accidentes subraya la urgente necesidad de un control más riguroso sobre las empresas que manejan sustancias químicas peligrosas. La respuesta del gobierno y las autoridades ambientales es clave para evitar que estos incidentes se repitan. En muchos casos, las remediaciones realizadas no son suficientes para garantizar que los efectos a largo plazo sean manejados de manera adecuada, y los estudios de impacto ambiental son insuficientes o carecen de transparencia.

Es crucial que las comunidades cercanas a las plantas industriales, especialmente las que manejan productos como el ácido clorhídrico, estén informadas sobre los riesgos y las medidas de seguridad que se implementan. Además, debe existir una mayor cooperación entre las empresas y las autoridades para garantizar que los procedimientos de emergencia sean efectivos y que se tomen las acciones correctivas necesarias para mitigar los daños al medio ambiente.

Los recientes derrames de ácido clorhídrico en distintas partes de Argentina, desde Coca-Cola en Córdoba hasta los incidentes en Catamarca y Mendoza, ponen de manifiesto una problemática ambiental que sigue siendo un desafío para el país. Aunque las empresas aseguran que las medidas de seguridad y remediación se implementan correctamente, la falta de transparencia y la gestión inadecuada de sustancias peligrosas siguen siendo cuestiones que requieren una revisión urgente.

La sociedad, las autoridades y las empresas deben trabajar de manera conjunta para prevenir estos accidentes, garantizar una gestión responsable de los productos químicos y proteger los recursos naturales de Argentina, para que no se repitan tragedias similares a las que ya hemos vivido. La seguridad y la sostenibilidad deben ser prioritarias en la agenda de todos los actores involucrados.