Villa Allende: el costo político de mover un quebracho de 300 años

23/07/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
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Crédito: Instagram @calcomans

En Villa Allende, una localidad del Gran Córdoba con apenas 36.000 habitantes –de los cuales un 30% reside en countries–, la agenda ambiental se encendió tras el polémico traslado de un quebracho blanco de más de tres siglos de antigüedad, uno de los últimos testigos del bosque nativo de la región.

Lo que comenzó como un proyecto vial terminó convertido en un conflicto político, social y ambiental que expuso la falta de diálogo del municipio y el desdén por el patrimonio natural.


Un árbol que frenó una autovía


El intendente Pablo Cornet, del PRO, impulsó la construcción de una autovía sobre la avenida principal de la ciudad. El trazado implicaba remover el histórico quebracho, cuya supervivencia tras el traslado era –según expertos– casi nula.

Cuando los vecinos tomaron conocimiento, se organizaron en asambleas y acampes para evitar la remoción, logrando el respaldo de referentes culturales como León Gieco y Ricardo Mollo. Sin embargo, el municipio respondió con represión, dejando dos detenidos y profundizando la grieta social.

Varias empresas se negaron a realizar la obra –presupuestada en 35 millones de pesos– hasta que finalmente, el 13 de julio, una firma tucumana aceptó mover el árbol… apenas 20 metros.

 
¿Había otra salida?
Los vecinos aseguran que existía un proyecto alternativo que permitía conservar el quebracho en su lugar original. El municipio, en cambio, justificó la decisión por razones de seguridad vial, aunque a menos de 500 metros hay rotondas de ingreso a barrios privados donde ese criterio no fue aplicado.

La falta de participación ciudadana, la represión y la sensación de que la obra priorizaba intereses ajenos a la comunidad alimentaron el descontento.

 
El costo político de ignorar la naturaleza
El conflicto no solo dañó la identidad ambiental de Villa Allende, sino que también impactó en la imagen política del intendente Cornet, que cayó cinco puntos desde el inicio de la controversia.

Más allá de las cifras, el problema es simbólico: para muchos vecinos, Cornet pasó a ser “el intendente que movió un árbol de 300 años para favorecer a los countries”, un error político que difícilmente se olvidará.

 
Una lección que trasciende Villa Allende
Este caso ilustra un patrón recurrente en muchas ciudades argentinas: la tensión entre obras de infraestructura y preservación ambiental, amplificada por la ausencia de instancias reales de consulta pública.

Cuando la política reduce la naturaleza a un obstáculo a remover, sin reconocer su valor cultural, social y ecológico, no solo pierde legitimidad: también genera un daño irreparable en la memoria colectiva.

En Villa Allende, un solo árbol recordó a toda una comunidad que la naturaleza no es un objeto, sino parte de su identidad. Y que, cuando se la ignora, el costo político siempre termina siendo más alto que el previsto.

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