Mendoza: déficit de nieve y el riesgo de una crisis hídrica que podría agravarse con la megaminería

ACTUALIDAD20/08/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
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Foto: lanacion

“En verano se cuenta la lluvia, en invierno se cuenta la nieve, y en primavera se cuenta el agua.” Este refrán refleja la delicada distribución del recurso hídrico en Mendoza: las lluvias caen principalmente en verano, la nieve se acumula en invierno y la primavera marca un período de transición con lluvias y lloviznas que alimentan ríos y napas. Este año, el equilibrio se rompe: la cordillera registra un déficit de nieve que llega al 40‑50 % en algunas cuencas, lo que podría comprometer el abastecimiento de agua durante el verano. Menos nieve significa menos deshielo, afectando riego agrícola, consumo humano y generación hidroeléctrica.

Julio fue prácticamente seco y las nevadas que puedan caer en lo que resta del invierno difícilmente alcanzarán los promedios históricos. En un contexto de cambio climático, las proyecciones indican que la tendencia de menor nieve continuará, reduciendo la disponibilidad de agua en la provincia.

Agua al límite: un futuro más seco en ciernes

La situación de sequía debería abrir un debate serio sobre el cuidado y uso del agua en Mendoza. Sin embargo, la realidad política podría ir en otra dirección. El gobernador Alfredo Cornejo se ha convertido en uno de los principales impulsores de la entrada de la megaminería de cobre a la provincia, una actividad que entraría en conflicto con la Ley 7722, que protege los recursos hídricos al prohibir el uso de sustancias químicas tóxicas en la minería metalífera.

De avanzar los proyectos en la cordillera, especialmente en Uspallata, el escenario hídrico se volvería aún más delicado. Allí nacen ríos fundamentales para el abastecimiento de toda la provincia, y un uso intensivo del recurso por parte de empresas mineras podría reducir la disponibilidad de agua para consumo humano y agricultura, en un momento en el que ya se prevé escasez.

Uspallata resiste y se organiza
La comunidad de Uspallata lleva años movilizada en contra del proyecto San Jorge. En el pasado, audiencias históricas y el rechazo de la Legislatura frenaron los intentos de instalar la mina, demostrando la fuerza del movimiento vecinal.

En la reciente audiencia pública oficial, se presentaron exposiciones a favor y en contra del proyecto, pero muchos vecinos consideraron que el espacio fue inaccesible y diseñado para limitar la participación real. En paralelo, la comunidad organizó su propia “Audiencia Pública del Pueblo”, una convocatoria masiva donde pudieron expresar su rechazo de manera efectiva. En este encuentro participaron más de 2.400 personas, con 1.600 intervenciones, más de 1.300 encuestas online, 200 mensajes de contacto directo y 250 producciones artísticas realizadas por niños, reflejando el compromiso colectivo y la creatividad de la comunidad.

Teresa “Guni” Cañas, referente local, subrayó que “no hay licencia social para la megaminería” y destacó que “hoy la voz del agua está muy viva”, dejando claro que la oposición vecinal sigue firme y organizada.

Agua: un recurso vital en juego
La escasez de nieve ya coloca a Mendoza en una situación delicada, y la instalación de la megaminería, con la extracción de cobre y el uso intensivo de agua, podría reducir aún más el suministro para la población, la agricultura y el turismo. Uspallata, como origen de ríos fundamentales, sería uno de los sectores más afectados, y la tensión sobre el recurso hídrico se volvería aún más crítica.

Mendoza enfrenta una encrucijada: sostener un modelo extractivista que pone en riesgo su futuro hídrico o priorizar un desarrollo sustentable que proteja el agua, un recurso vital para la provincia. La decisión es clave: el agua no puede esperar, y defenderla se vuelve un asunto de supervivencia colectiva.

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