Asfalto derretido y vuelos en pausa: el calor extremo desató el caos en Aeroparque

ACTUALIDAD28/12/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
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Una falla inesperada en la infraestructura del Aeroparque Jorge Newbery generó una jornada de demoras y desvíos que afectó a miles de pasajeros en pleno inicio de la temporada alta de viajes. El motivo fue inusual pero contundente: el asfalto cedió como consecuencia de las altas temperaturas, obligando a suspender las operaciones aéreas durante varias horas.

El calor extremo puso en jaque la pista

El episodio ocurrió durante la tarde, cuando la Ciudad de Buenos Aires registraba temperaturas superiores a los 35 grados. En ese contexto, se detectó un desprendimiento del pavimento en un sector cercano a la pista, una situación que activó de inmediato los protocolos de seguridad aeronáutica.

Si bien el daño no se produjo sobre la pista principal, la cercanía al área operativa hizo necesaria la interrupción total de despegues y aterrizajes mientras se realizaban trabajos de reparación de urgencia.

Vuelos desviados y demoras en cadena

Como consecuencia de la suspensión, más de una decena de vuelos debieron ser desviados, en su mayoría hacia el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Otros servicios acumularon retrasos que se extendieron durante gran parte de la jornada, generando un efecto dominó en la programación de las aerolíneas.

La situación impactó especialmente en un día de alta circulación aérea, con gran cantidad de pasajeros viajando por vacaciones o regresando tras las fiestas.

Malestar entre los pasajeros

En la terminal aérea se vivieron momentos de confusión, con pantallas que reflejaban cambios constantes, puertas de embarque modificadas y largas esperas. Muchos pasajeros manifestaron su malestar por la falta de información clara y por la acumulación de demoras incluso después de que las operaciones comenzaran a normalizarse.

Infraestructura bajo presión

El incidente volvió a poner en el centro del debate el estado de la infraestructura aeroportuaria y su capacidad para responder a eventos extremos. Las olas de calor más frecuentes e intensas incrementan el desgaste de materiales como el asfalto, afectando no solo aeropuertos, sino también rutas, puentes y otros servicios esenciales.

Lo ocurrido en Aeroparque funciona como una advertencia: el aumento de temperaturas extremas ya tiene consecuencias directas sobre el funcionamiento del transporte y la vida cotidiana, y plantea la necesidad de revisar criterios de mantenimiento y adaptación frente a un clima cada vez más exigente.

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