
Caza de yaguareté en Formosa: la causa que puede sentar un precedente histórico contra la impunidad ambiental
24/12/2025
La Política Ambiental
La difusión de un video en diciembre de 2022 que mostraba la persecución de un yaguareté en la localidad de Clorinda desató una indignación nacional inmediata. Las imágenes, crudas y celebratorias, expusieron una práctica ilegal que durante años se mantuvo en la sombra: la caza furtiva de una de las especies más amenazadas del país. Tres años después, la causa dio un paso clave. En septiembre de 2025, el Juzgado Federal N° 1 de Formosa procesó a Carlos Chagra y solicitó la elevación a juicio oral.
La decisión judicial, firmada por el juez Pablo Morán, convierte al expediente en la segunda causa por caza de yaguareté que llega a esta instancia en Argentina. Un dato que, por sí solo, expone tanto el avance reciente de la Justicia como la histórica falta de sanciones efectivas frente a delitos ambientales graves.
El video que lo cambió todo
En la grabación que circuló por redes sociales se escucha a un hombre —presuntamente Chagra— referirse al animal como “el infeliz” mientras celebra la captura junto a otros cazadores. Aunque el momento exacto de la muerte no quedó registrado, el material documenta una persecución prolongada y la exaltación posterior, elementos que resultaron centrales para la investigación.
La Fundación Red Yaguareté verificó el contenido, preservó el archivo original y presentó la denuncia ante la Policía Federal Argentina y la UFIMA, dando inicio a la causa penal.
Allanamientos y pruebas clave
En febrero de 2023, la Justicia ordenó allanamientos en el domicilio del imputado. Allí se secuestraron armas de fuego, municiones y elementos de caza profesional, además de un cuero de puma conservado en un freezer y material fotográfico de animales silvestres cazados, entre ellos una imagen atribuida a la piel de un yaguareté.
El juzgado dispuso medidas cautelares estrictas: prohibición de salir del país, prohibición de usar armas de fuego y una caución millonaria. También se ordenaron pericias de voz y antropomórficas para comparar el registro audiovisual con el imputado, a las que Chagra se negó.
La defensa y el cruce con las querellas
La estrategia defensiva se apoyó en dos ejes: negar la participación en la caza y cuestionar el valor probatorio del video, al que calificaron de editado y sin cadena de custodia. También se sostuvo que las armas eran antiguas y que el cuero de puma pertenecía al padre fallecido del acusado.
Las querellas —integradas por la Administración de Parques Nacionales, la Fundación Red Yaguareté y la provincia de Formosa— rechazaron esos planteos. La abogada Natalia Cardozo subrayó que el expediente cuenta con el archivo original y que la presencia de una marca de agua no invalida la prueba, desarmando uno de los principales argumentos de la defensa.
Un contexto que empieza a cambiar
El avance de esta causa no es un hecho aislado. En agosto de 2025, la Justicia dictó la primera condena firme por caza de yaguareté contra cuatro hombres de Ibarreta. En paralelo, continúa abierta la investigación por la desaparición de Acaí, una hembra monitoreada en El Impenetrable chaqueño, con una recompensa de 250 millones de pesos.
Con apenas unos 250 ejemplares en estado silvestre, el yaguareté es Monumento Natural Nacional y se encuentra en peligro crítico de extinción. Cada caso judicial que avanza marca un quiebre frente a décadas de tolerancia social y estatal hacia su caza.
Penas, Congreso y convivencia
En el Congreso Nacional sigue sin tratamiento un proyecto impulsado por el diputado Damián Arabia que propone elevar las penas por delitos contra especies protegidas a entre cuatro y ocho años de prisión. La discusión legislativa revela una deuda estructural: las sanciones actuales rara vez reflejan la gravedad del daño ambiental causado.
Pero las organizaciones advierten que la respuesta no puede ser solo punitiva. Nicolás Lodeiro Ocampo, director de Red Yaguareté, insiste en que sin políticas públicas de convivencia entre comunidades rurales y fauna silvestre, la especie no tiene futuro. La depredación, la pérdida de hábitat y los conflictos con actividades productivas siguen siendo una amenaza constante.
Un caso testigo
La elevación a juicio por la caza del yaguareté en Formosa representa un punto de inflexión. No solo por el destino penal del imputado, sino porque pone en discusión el valor real que la sociedad argentina asigna a sus bienes naturales. En un país atravesado por desmontes, incendios y avance sobre territorios biodiversos, este proceso judicial funciona como un mensaje claro: matar a una especie protegida ya no puede seguir siendo un delito sin consecuencias.
El juicio que viene no devolverá al animal perdido, pero puede ayudar a definir si la extinción del yaguareté será una crónica anunciada o un límite que, finalmente, el Estado y la sociedad decidan hacer respetar.


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