La COP29 y la Oportunidad Perdida de Argentina: Un Retroceso en Política Climática y Económica
ACTUALIDAD20/11/2024La Política AmbientalEn medio de la COP29, que se lleva a cabo en Bakú, Azerbaiyán, una decisión del gobierno argentino ha generado fuertes repercusiones tanto en el ámbito ambiental como en el económico. La retirada de la delegación oficial argentina de las negociaciones climáticas ha sido duramente criticada por más de 70 organizaciones ambientales y de la sociedad civil, quienes alertan sobre un grave retroceso en la política ambiental y climática del país.
Las organizaciones señalaron que esta retirada no solo afecta la imagen internacional de Argentina, sino que también repercutirá negativamente en la actividad productiva y en las exportaciones del país. En un contexto global donde los estándares climáticos son cada vez más estrictos, y donde la garantía de productos libres de deforestación y el cumplimiento de metas climáticas son esenciales para acceder a los mercados internacionales, la ausencia de Argentina en las negociaciones de la COP29 resulta una oportunidad perdida.
La decisión de abandonar las discusiones en una conferencia de tanto peso no solo va en contra de la Ley de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático (Ley 27.520/19), sino también de los postulados de protección ambiental establecidos por la Constitución Nacional. Este desenlace es especialmente preocupante en un momento donde el cambio climático se posiciona como uno de los mayores retos globales, y donde los acuerdos internacionales pueden significar tanto una estrategia de mitigación como una fuente de crecimiento económico.
La Respuesta de la ONU y la Suspensión de Acreditaciones
La respuesta internacional no se hizo esperar. La ONU suspendió las acreditaciones de los argentinos del sector privado que aún participaban en la COP29, lo que generó gran malestar entre los actores del sector privado y las organizaciones civiles presentes en la cumbre. Aunque el gobierno argentino no lo ha confirmado oficialmente, diversas fuentes señalaron que esta suspensión se debió a una solicitud de Argentina, tras el retiro oficial de la delegación estatal.
De esta manera, el gobierno no solo aleja al país de los debates internacionales sobre el cambio climático, sino que también limita la participación de empresas y organizaciones privadas que podrían haber aprovechado la oportunidad de acceder a fondos internacionales para proyectos de adaptación climática. Este retroceso es particularmente relevante dado que en la COP29 se presentaron fondos destinados a la innovación y la sostenibilidad, lo que representa una oportunidad económica única que Argentina ha dejado pasar.
Una Oportunidad Económica Única
En Bakú, diversos actores del sector privado expresaron su frustración por la retirada de Argentina. Un punto clave de la discusión fue la falta de avances en convenios para la transferencia de emisiones, un tema crucial dentro del artículo 6 del Acuerdo de París. Este artículo establece las bases para el mercado global de carbono y promueve la cooperación internacional en la mitigación del cambio climático, lo que, según los expertos, podría representar una fuente de ingresos significativa para el país.
Más de 50 países ya han avanzado en acuerdos bilaterales de carbono, lo que les permite acceder a inversiones internacionales y posicionarse como líderes en sostenibilidad. Sin embargo, Argentina no ha logrado avanzar en este frente, lo que la coloca en una posición de desventaja frente a otros países de la región que ya están aprovechando estas oportunidades. El valor total de los mercados voluntarios de carbono, que ha alcanzado los 10.000 millones de dólares desde 2005, refleja el potencial económico que Argentina está perdiendo por no formar parte activa de estos acuerdos internacionales.
Impacto en los Gobiernos Provinciales
La decisión del gobierno de retirar la delegación argentina de la COP29 también perjudica gravemente a los gobiernos provinciales, que, en muchos casos, están tomando iniciativas para mitigar los efectos del cambio climático de forma autónoma. En provincias como Santa Fe, Córdoba y Jujuy, que habían enviado representantes a la COP29, la salida oficial de la delegación nacional ha impedido que se concreten acuerdos bilaterales que podrían haber beneficiado a las economías locales. Además, al no participar en discusiones clave sobre el mercado de carbono y la financiación internacional para proyectos ambientales, las provincias pierden la oportunidad de acceder a recursos económicos que podrían haber utilizado para fortalecer sus políticas climáticas y ambientales.
El sector privado y las provincias habían expresado previamente la necesidad de avanzar en acuerdos sobre el comercio de emisiones de carbono y otras iniciativas para la adaptación climática, pero con la salida de Argentina de la COP29, estas posibilidades se desvanecen. Esto coloca a los gobiernos provinciales en una posición incómoda, ya que no solo deben lidiar con los desafíos climáticos de manera aislada, sino que también se ven privados de los recursos y apoyo internacional que podrían haber obtenido a través de la cooperación en la cumbre.
Una Decisión que Desafía la Colaboración Internacional
La retirada de Argentina de la COP29 también refleja una postura aislacionista frente a los esfuerzos internacionales para enfrentar el cambio climático. Los gobiernos provinciales, que a menudo enfrentan los impactos directos del cambio climático, se verán obligados a recurrir a esfuerzos locales para mitigar los daños, pero sin el respaldo que habrían podido obtener a través de la cooperación internacional. La oportunidad de formar parte de acuerdos regionales sobre reducción de emisiones y sostenibilidad se pierde, dejando a las provincias en una desventaja respecto a otros países que sí están avanzando en esta dirección.
En este contexto, la falta de liderazgo de Argentina en la COP29 puede tener consecuencias más profundas para el futuro del país. Mientras otros gobiernos aprovechan la oportunidad para posicionarse como actores clave en la lucha contra el cambio climático, Argentina se aleja de una agenda global que, lejos de ser un obstáculo, representa una vía para impulsar el desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental a nivel nacional y provincial.
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