El proyecto minero San Jorge volvió a estar en el centro del debate público luego de que el gobernador Alfredo Cornejo enviara a la Legislatura provincial la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para su discusión y eventual aprobación. El documento incluye exigencias y condiciones que el Gobierno aplicará a la empresa responsable del emprendimiento, ubicado en la zona de Uspallata, Mendoza.
El CEO de San Jorge, Fabián Gregorio, sostuvo que, incluso con las nuevas exigencias, la explotación del yacimiento de cobre —y posiblemente de oro— sigue siendo rentable. “El documento contiene exigencias que es lógico que las contenga. Siempre hemos dicho que estamos en condiciones de dar respuesta a cada una. Esto no nos afecta negativamente; están dentro de nuestro marco de referencia”, afirmó.
Un “dique de cola en pasta” que quedará de forma permanente
Gregorio ofreció detalles sobre el proceso de tratamiento del mineral, que se realizará mediante el método de flotación, una técnica que separa el cobre de la roca utilizando un circuito cerrado de agua y burbujas que hacen flotar el material valioso. El residuo restante —una mezcla de roca molida, agua y compuestos químicos— será depositado en lo que denominó un “dique de colas en pasta”.
Según explicó, este tipo de depósito no contendrá material líquido, sino una mezcla semisólida que se irá secando con el tiempo. “Eso queda ahí para siempre. Hay programas de remediación. Se va revegetando desde el año uno de manera de confundirlo con el paisaje local”, señaló el directivo en declaraciones radiales.
Riesgos y exigencias ambientales
Los diques de colas son estructuras críticas utilizadas por la minería para almacenar los residuos generados en el proceso de extracción. En ellos se acumulan lodos con restos de roca, agua y químicos, lo que los convierte en zonas de alto riesgo ambiental si no se manejan con estrictas medidas de seguridad e impermeabilización.
La Declaración de Impacto Ambiental del proyecto San Jorge establece múltiples condiciones: impermeabilización obligatoria (artículo 72), monitoreo geotécnico en tiempo real (artículo 98), informes semestrales de estabilidad (artículo 128) y evaluación de drenajes frente a lluvias intensas (artículo 143). También exige la caracterización del drenaje ácido de roca con residuos reales (artículo 138), una medida clave para evitar filtraciones que contaminen cursos de agua.
Dudas sobre la escala del dique
Uno de los puntos más controvertidos del expediente es la discrepancia en la altura proyectada del dique de colas. Mientras la memoria técnica oficial asegura que su altura máxima será de 80 metros, los planos anexos al proyecto muestran cotas que alcanzan los 170 metros, una diferencia del 112%.
Esta diferencia técnica ha encendido las alarmas entre especialistas y organizaciones ambientales, que advierten sobre los riesgos de construir una estructura de esa magnitud en una zona de alta fragilidad ecológica y de valor turístico.
Un debate que recién comienza
El proyecto San Jorge es uno de los más discutidos de Mendoza, una provincia que históricamente ha mantenido una fuerte resistencia social hacia la megaminería. La discusión legislativa sobre su aprobación promete reabrir el debate entre quienes ven en la minería una fuente de desarrollo económico y quienes alertan sobre sus impactos irreversibles en los ecosistemas andinos.












