Viagra, antibióticos y analgésicos en el agua: la contaminación invisible que crece en ríos de la provincia de Buenos Aires

BUENOS AIRES15/12/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
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Residuos de medicamentos de uso cotidiano, entre ellos Viagra (sildenafil), antibióticos, analgésicos y psicofármacos, fueron detectados en ríos y arroyos de cuencas urbanas de la provincia de Buenos Aires, especialmente en zonas atravesadas por una fuerte presión urbana y déficits históricos de saneamiento.

La presencia de estas sustancias en el agua expone una problemática silenciosa pero cada vez más extendida: el impacto combinado del consumo farmacológico masivo, la urbanización desordenada y la falta de tratamiento adecuado de los efluentes cloacales sobre los ecosistemas y la salud pública.

En qué ríos y arroyos se encontraron medicamentos

Los análisis realizados en cursos de agua de la provincia de Buenos Aires detectaron residuos de fármacos en ríos clave del entramado hídrico bonaerense, como los ríos Matanza-Riachuelo, Reconquista y Luján, todos ellos atravesando áreas densamente pobladas del Área Metropolitana de Buenos Aires.

También se encontraron compuestos farmacológicos en arroyos urbanos y periurbanos, entre ellos el arroyo Del Gato, el Maldonado, el El Pescado y el Espinillo, cursos de agua que atraviesan o bordean zonas con alta densidad poblacional y limitada cobertura cloacal.

En estos ambientes se identificó una mayor diversidad de sustancias en los tramos más urbanizados, mientras que en sectores rurales o menos intervenidos la presencia fue menor, lo que refuerza la relación directa entre ciudad, consumo y contaminación.

Qué medicamentos aparecen en el agua

Entre los compuestos detectados se encuentran analgésicos y antiinflamatorios como paracetamol, ibuprofeno y diclofenac; antibióticos de uso frecuente; medicamentos psiquiátricos como antiepilépticos y ansiolíticos; y fármacos utilizados para tratamientos cardiovasculares.

Uno de los datos más llamativos es la detección de sildenafil, el principio activo del Viagra, junto con cafeína, ambos considerados marcadores claros del impacto de las descargas cloacales urbanas sobre los cuerpos de agua.

Si bien las concentraciones son bajas, el riesgo está en la exposición crónica y acumulativa, tanto para los ecosistemas acuáticos como para los usos humanos del agua.

Cómo llegan estos residuos a ríos y arroyos

Cuando una persona consume un medicamento, solo una parte del principio activo es absorbida por el organismo. El resto se elimina a través de la orina y las heces. En áreas donde no hay red cloacal, donde predominan los pozos ciegos o donde las plantas de tratamiento resultan insuficientes, esos residuos terminan llegando a los cursos de agua.

Incluso en zonas con plantas cloacales, muchas instalaciones no están diseñadas para eliminar compuestos farmacológicos complejos, por lo que una fracción importante atraviesa los sistemas de tratamiento y se libera al ambiente.

Urbanización, desigualdad y agua contaminada

La contaminación por medicamentos se concentra en cuencas donde conviven alta densidad poblacional, consumo intensivo de fármacos y desigualdad en el acceso al saneamiento. En estos territorios, los ríos y arroyos funcionan como receptores permanentes de efluentes urbanos.

Este escenario revela una paradoja cada vez más evidente: el agua dulce, un recurso estratégico, termina cargando con los residuos químicos de la vida cotidiana sin que existan políticas estructurales para evitarlo.

Impacto ambiental y riesgos para la salud

En los ecosistemas acuáticos, la presencia de fármacos puede provocar alteraciones hormonales, cambios de comportamiento y problemas reproductivos en peces y otros organismos. En el caso de los antibióticos, la liberación constante al ambiente puede favorecer la resistencia bacteriana, uno de los mayores desafíos de la salud pública a nivel global.

Aunque el agua destinada al consumo humano es potabilizada, la aparición de estos contaminantes emergentes plantea interrogantes sobre la capacidad futura de los sistemas de tratamiento frente a una contaminación cada vez más compleja.

Una señal de alerta que fluye río abajo

La detección de Viagra, antibióticos y analgésicos en ríos y arroyos bonaerenses no implica un riesgo inmediato para la población, pero sí constituye una advertencia clara. Habla de un modelo urbano que descarga sus residuos en el ambiente sin resolver el acceso universal al saneamiento.

Ampliar redes cloacales, modernizar plantas de tratamiento, regular el descarte de medicamentos y monitorear contaminantes emergentes son pasos urgentes si se pretende proteger el agua como bien común.

El agua como reflejo de la crisis ambiental

Los ríos de la provincia de Buenos Aires funcionan como un espejo de las decisiones urbanas, sanitarias y ambientales. La presencia de fármacos en el agua muestra que salud, ambiente y planificación del territorio están profundamente conectados.

En un contexto de crisis climática y estrés hídrico, cuidar el agua ya no es solo una cuestión de cantidad, sino también —y cada vez más— de calidad.

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