Chile gira a la derecha, el Ambiente en Peligro: José Antonio Kast será el nuevo presidente Chileno, es el espejo de Milei

15/12/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
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José Antonio Kast y Milei

La elección de José Antonio Kast como nuevo presidente de Chile marca algo más que un cambio de signo político en el país vecino. Su llegada al poder consolida en la región un proyecto ideológico que ya gobierna en Argentina con Javier Milei y que tiene un punto en común preocupante: la desconfianza —cuando no el rechazo abierto— a las políticas ambientales y al consenso científico sobre el cambio climático.

En un contexto global atravesado por sequías, incendios, crisis hídrica y eventos extremos cada vez más frecuentes, el avance de discursos que relativizan la crisis climática no es un detalle menor. Es una señal de alerta para toda Sudamérica.

Kast y el ambiente: regulación mínima, mercado máximo

José Antonio Kast construyó su carrera política desde una visión que entiende al Estado como un obstáculo y a la regulación ambiental como una traba para el crecimiento económico. En materia climática, su postura no se presenta como un negacionismo frontal, pero sí como una relativización sistemática del problema.

Su discurso suele poner el foco en el “costo” de las políticas ambientales, cuestionando compromisos internacionales, evaluaciones de impacto ambiental estrictas y límites a actividades extractivas como la minería, la industria forestal y el uso intensivo del agua.

En los hechos, esta mirada propone menos controles, menos participación ciudadana y más margen para el sector privado, incluso en territorios ambientalmente sensibles o con conflictos socioambientales activos.

Milei y Kast: mismo diagnóstico, mismo manual

El paralelismo con Javier Milei es difícil de ignorar. Ambos comparten una matriz ideológica que ve al ambientalismo como una agenda “ideológica”, ajena a las prioridades económicas, y que reduce la crisis climática a una exageración impulsada por organismos internacionales.

Milei lo expresa de manera más cruda: ha negado públicamente la gravedad del cambio climático, ha recortado áreas estatales vinculadas a ambiente y ciencia y ha promovido un modelo de desregulación acelerada. Kast adopta un tono más institucional, pero la lógica de fondo es la misma: crecimiento económico primero, ambiente después.

La diferencia clave es que ahora ambos gobiernan países centrales del Cono Sur.

Qué puede pasar en la región

Chile y Argentina comparten ecosistemas estratégicos: la cordillera, los glaciares, las cuencas hídricas andinas y los sistemas productivos que dependen del clima. Las decisiones que tome uno impactan inevitablemente en el otro.

Un retroceso coordinado en políticas climáticas puede traducirse en:

  • Menor protección de glaciares y fuentes de agua.
  • Más presión extractiva sobre territorios frágiles.
  • Menos cooperación regional frente a incendios, sequías e inundaciones.
  • Debilitamiento de acuerdos ambientales internacionales.

En un escenario de crisis climática acelerada, la falta de políticas de adaptación y mitigación no es neutral: profundiza desigualdades, expone a comunidades enteras y agrava los daños ambientales.

El riesgo del negacionismo con poder

El problema de las posturas negacionistas no es solo discursivo. Cuando se convierten en políticas públicas, desfinancian la prevención, debilitan controles y reducen la capacidad del Estado para anticipar crisis.

Sudamérica es una de las regiones más vulnerables al cambio climático. Persistir en un modelo que ignora esa realidad no solo pone en riesgo los ecosistemas, sino también la seguridad alimentaria, el acceso al agua y la estabilidad social.

Un debate que recién empieza

La llegada de Kast a la presidencia chilena, sumada al rumbo que tomó Argentina bajo Milei, abre una nueva etapa en la región. Una etapa donde el ambiente deja de ser prioridad y pasa a ser visto como una molestia.

La pregunta que queda abierta no es ideológica, sino práctica: ¿qué costo tendrá para la región apostar por gobiernos que minimizan la crisis climática en un continente que ya está pagando sus consecuencias?

En un mundo cada vez más afectado por eventos extremos, negar el problema no lo hace desaparecer. Solo lo vuelve más caro, más injusto y más difícil de revertir.

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