Apple, “carbono neutral” y eucaliptos en Paraguay: el fallo alemán que expone el lado oscuro de la compensación climática

ACTUALIDAD01/12/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
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Un tribunal alemán acaba de dar un golpe que resuena en toda la industria tecnológica: prohibió a Apple usar la etiqueta “carbono neutral” en el Apple Watch Series 9. La decisión, tomada por la Justicia de Fráncfort tras una demanda del grupo ambientalista Deutsche Umwelthilfe (DUH), desnuda un entramado de compensaciones de carbono basado en plantaciones industriales de eucalipto en Paraguay y Brasil —y sus impactos reales en la gente y el ambiente.

Lejos de ser una discusión técnica, el fallo revela cómo operan muchas de las estrategias corporativas que prometen “neutralidad” climática… sin garantizarla.

Un fallo que cuestiona el marketing verde

El tribunal concluyó que Apple engañó a los consumidores al promocionar el reloj como “neutro en CO₂”. Según la empresa, esa neutralidad se lograba combinando energías renovables, materiales reciclados y créditos de carbono generados en proyectos forestales sudamericanos.

Pero una investigación de Climate Tracker y Consenso, con apoyo del Pulitzer Center, mostró otra realidad: los supuestos “bosques” eran monocultivos de eucalipto, conocidos por su baja biodiversidad y su voraz consumo de agua.

Peor aún: el 75% de las plantaciones en Paraguay solo tiene contratos de arrendamiento garantizados hasta 2029. El tribunal lo dijo sin rodeos:

“No hay un futuro seguro para la continuación del proyecto forestal”.

En otras palabras, Apple no podía asegurar que esas plantaciones siguieran existiendo para almacenar carbono, minando la credibilidad de su discurso climático.

San Pedro: pesticidas, sequía y “desiertos verdes”

Detrás de los créditos de carbono hay un territorio muy concreto: San Pedro, en Paraguay. Allí, las comunidades denuncian problemas que no aparecen en ningún informe corporativo.

Entre los principales impactos señalados por los pobladores:

  • Fumigaciones con pesticidas tóxicos, como glifosato y fipronil, ambos cuestionados por su relación con daños a la salud y al ambiente.
  • Irritación respiratoria y otros problemas sanitarios vinculados a la exposición directa.
  • Disminución de la producción agrícola, una amenaza directa para economías campesinas.
  • Secado de arroyos y pozos, por el alto consumo hídrico del eucalipto.
  • Pérdida de biodiversidad y transformación del paisaje en “desiertos verdes”.

Para los expertos en agua, el dato es clave: el eucalipto puede consumir hasta 20 veces más agua que un bosque nativo, dejando a las comunidades sin su principal recurso hídrico.

Violaciones a la legislación paraguaya

La investigación también revela infracciones a la normativa paraguaya:

  • No se respetan las distancias mínimas para fumigaciones cerca de escuelas.
  • No se emiten avisos previos antes de aplicar pesticidas, como exige la ley.
  • Se utilizan sustancias catalogadas como posibles cancerígenas o riesgosas para el agua y los ecosistemas.

Esto abre un debate urgente sobre el rol del SENAVE, la agencia encargada de controlar el uso de agroquímicos, y sobre la transparencia de estos proyectos forestales.

La crisis de los créditos de carbono

El caso Apple reaviva una discusión global: ¿son realmente confiables los créditos de carbono basados en monocultivos forestales?

Paraguay ha promovido con fuerza este modelo, con apoyo del Estado y organismos financieros. Apple no es la única empresa involucrada: Meta, Microsoft y otros gigantes tecnológicos también compran créditos similares en la región.

Sin embargo, crecen las dudas. Jürgen Resch, director de DUH, advierte que:

“La captura de carbono en plantaciones comerciales dura pocos años, las garantías de los contratos a futuro no son suficientes y la integridad ecológica de estos monocultivos no está garantizada”.

A esto se suma otro problema estructural: cuando los eucaliptos se usan para leña o carbón, todo el carbono capturado vuelve a la atmósfera, anulando el supuesto beneficio climático.

Implicancias para Paraguay y el futuro de la compensación

El fallo aparece en un momento clave. En 2025, Paraguay firmó con Singapur un acuerdo para comercializar créditos de carbono, impulsado en gran parte por la empresa forestal Paracel. Si estos proyectos no aseguran permanencia, integridad ecológica y respeto a las comunidades, podrían enfrentar cuestionamientos similares.

Al mismo tiempo, la Unión Europea impondrá en 2026 nuevas restricciones al uso de términos como “carbono neutral”, lo que reduce aún más el margen para el greenwashing corporativo. Apple ya anunció que retirará gradualmente esa etiqueta de sus productos, aunque continúa defendiendo su estrategia climática.

Sin embargo, el tribunal alemán dejó claro que la publicidad de Apple no fue un simple error, sino una promesa climática que no podía sostenerse en el tiempo.

Este caso sienta un precedente: las declaraciones ambientales deben ser verificables, transparentes y no pueden basarse en proyectos que generan daños socioambientales en los territorios donde se implementan.

Para Paraguay, el desafío es enorme. Revisar su política forestal y el modelo de créditos de carbono es clave para priorizar el bienestar de las comunidades y la protección del ambiente por encima de los intereses de las corporaciones internacionales.

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