Formosa denuncia el impacto ambiental del bombeo de agua por parte de arroceros paraguayos, pero el Gobierno guarda silencio
25/01/2025La Política AmbientalEl defensor del pueblo de Formosa, José Leonardo Gialluca, alertó sobre los graves impactos ambientales que está generando el bombeo de agua por parte de arroceros paraguayos en la cuenca del río Paraguay. La provincia solicitó la intervención de la Cancillería argentina, pero hasta el momento no ha recibido respuestas claras de las autoridades paraguayas ni de las autoridades nacionales.
Según Gialluca, los arroceros están utilizando el agua del río Paraguay de manera desmesurada para el riego de sus cultivos de arroz, lo que está afectando seriamente el caudal del río. Este río no solo es vital para la agricultura y la ganadería de la región, sino que también es esencial para el consumo humano y el transporte fluvial.
La situación se agrava debido a la sequía prolongada que afecta a varias partes del país. El bombeo indiscriminado de agua en este contexto podría tener consecuencias aún más devastadoras, no solo para el ecosistema local, sino también para las comunidades que dependen de ese recurso hídrico para sobrevivir. En particular, los humedales de Ñeembucú, en Paraguay, que forman parte de la Cuenca del Plata, están siendo destruidos, lo que agrava aún más la crisis.
“Están provocando un daño ambiental que se agrava con las actuales condiciones climáticas, destruyéndose humedales en el Ñeembucú, que regulan el caudal de los ríos Paraguay y Paraná", explicó Gialluca, quien también señaló que el desvío de cuencas hídricas sin autorización ya ha generado sanciones a los arroceros por parte del Ministerio de Ambiente de Paraguay. A pesar de esto, el bombeo continúa, poniendo en riesgo el equilibrio ambiental y el acceso al agua para millones de personas.
El defensor del pueblo de Formosa ha pedido medidas urgentes para garantizar un uso equitativo y sustentable del agua, especialmente teniendo en cuenta que el fenómeno climático de “La Niña” podría agravar la situación durante el primer trimestre de este año. Este fenómeno, que provoca una disminución en las lluvias, podría desencadenar un desabastecimiento de agua para toda la región, afectando tanto a Paraguay como a Argentina.
Además, los productores arroceros en las zonas de Villeta y San Pedro, en Paraguay, están vinculados a la afectación de los niveles hídricos del río, que es esencial no solo para Formosa, sino también para otras provincias argentinas como Mendoza.
A pesar de la gravedad de la denuncia, el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) de Paraguay, a cargo de Rolando de Barros, ha adoptado una postura cautelosa. Desde la institución confirmaron que están realizando trabajos sobre el tema, pero hasta el momento no han emitido comunicaciones oficiales.
La situación se replica en otras zonas cercanas, como la localidad de Villa Florida, en Misiones, donde los pobladores también han denunciado el bombeo desmedido de agua por parte de los arroceros, sin que se hayan tomado medidas concretas por parte de la Fiscalía ni del MADES.
Lo cierto es que el silencio de las autoridades tanto paraguayas como argentinas ante este problema ambiental pone en evidencia una falta de coordinación regional y una escasa voluntad política para proteger un recurso vital como el agua. Las comunidades ribereñas, que ya padecen los efectos del cambio climático, se enfrentan a una creciente crisis hídrica que amenaza su forma de vida, mientras que los ecosistemas locales luchan por sobrevivir ante el abuso de los recursos naturales. La pregunta que queda es si el Gobierno argentino tomará cartas en el asunto antes de que el daño sea irreversible.