Ciencia y sostenibilidad: CONICET en Misiones crea bolsas biodegradables de mandioca

ACTUALIDAD07/12/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
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Pellets biodegradables de almidón de mandioca Fotos: gentileza investigadora.

Un equipo del CONICET, junto a la empresa misionera Plastimi SRL, está desarrollando bolsas biodegradables hechas a partir de almidón de mandioca, con el objetivo de reducir la dependencia de plásticos importados y el impacto ambiental de los convencionales. Esta iniciativa no solo busca innovación tecnológica, sino también fortalecer la producción regional y la economía circular en Misiones.

Innovación científica y producción local

El proyecto, liderado por las investigadoras Cristina Area y Pamela Cuenca, se realiza en el Instituto de Materiales de Misiones (IMAM, CONICET-UNAM), con la participación del Grupo de Preservación y Envases (GPE) y el Programa de Celulosa y Papel (PROCYP). Su meta es producir bioplásticos de uso cotidiano, como bolsas y envases, a partir de recursos locales, disminuyendo costos de importación y generando alternativas más sostenibles frente a los plásticos derivados del petróleo.

Reduciendo la dependencia tecnológica

Actualmente, la Argentina depende de resinas importadas desde Europa, elaboradas con almidón de maíz. Con este desarrollo regional, se apunta a producir la materia prima aquí mismo, aprovechando la mandioca, un cultivo emblemático de la provincia, y al mismo tiempo incorporando aditivos obtenidos de residuos de la industria forestal, como micro y nanocelulosa, en un claro enfoque de economía circular.

Alianza público-privada

La articulación con la industria también fue clave. El convenio con Plastimi permite que la investigación use equipos piloto industriales en la planta de Posadas, acelerando la transición de laboratorio a producción real, con capacidades de producción de hasta 35 kilos por hora. Esta sinergia público-privada combina ciencia, innovación y aplicación directa, generando valor agregado a nivel local.

Aplicaciones en agricultura

Además de bolsas y envases, el equipo trabaja en materiales biodegradables para la agricultura, como películas para mulching, que ya se prueban en cultivos de tomates y Cannabis sativa medicinal, sectores donde todavía no hay producción nacional de bioplásticos.

Impacto y sostenibilidad

Según Nicolás Guelman, dueño de Plastimi SRL:
"Este proyecto demuestra cómo la ciencia aplicada puede construir soluciones concretas y sostenibles. La articulación entre universidad, CONICET e industria es clave para transformar conocimiento en impacto real."

El proyecto de Misiones es un ejemplo de cómo la innovación local puede responder a desafíos globales, como la contaminación por plásticos, al tiempo que fortalece la soberanía tecnológica y el desarrollo regional. Para los jóvenes y los consumidores conscientes, representa una alternativa concreta para reducir la huella ambiental y promover productos responsables con el ambiente y la comunidad.

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