Sin agua no hay desarrollo posible: por qué la Ley de Glaciares no debe modificarse

ACTUALIDAD05/12/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
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Foto: Martín Federico

Un debate que regresa en un contexto de crisis hídrica

En un país atravesado por sequías severas, retroceso de caudales y conflictos crecientes por el acceso al agua, vuelve a instalarse el debate sobre una eventual modificación de la Ley 26.639, conocida como Ley de Glaciares. El reciente informe “Sin agua no hay desarrollo posible”, elaborado por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), advierte que flexibilizar esta norma representaría un retroceso significativo en materia de protección ambiental y comprometería la seguridad hídrica presente y futura.

La importancia estratégica de la Ley de Glaciares

La Ley de Glaciares, sancionada en 2010, fue la primera normativa nacional en reconocer a los glaciares y al ambiente periglacial como bienes públicos y estratégicos para la provisión de agua dulce. Su función principal es preservar estos ecosistemas que regulan el flujo hídrico en regiones donde el deshielo sostiene ríos, humedales, oasis productivos y ciudades enteras.

La norma creó el Inventario Nacional de Glaciares, encargado de identificar y monitorear estas masas de hielo en todo el territorio, y estableció prohibiciones claras: minería, explotación hidrocarburífera, instalación de industrias y cualquier obra que pueda afectar la estabilidad de glaciares o zonas periglaciales. Este marco permitió, durante más de una década, frenar proyectos de alto impacto ambiental en áreas sensibles de la cordillera.

Qué está en juego si se modifica la normativa

El informe de FARN sostiene que cualquier intento de modificar la ley podría habilitar la degradación de los cuerpos de hielo que sostienen el sistema hídrico nacional. No solo se verían afectados los glaciares tradicionales, sino también geoformas menos visibles pero igualmente relevantes, como glaciaretes, glaciares de escombros y ambientes periglaciales que actúan como reservas naturales de agua.

La organización advierte que estos ecosistemas no pueden regenerarse en tiempos humanos: un glaciar destruido equivale a la pérdida irreversible de una fuente de agua formada durante siglos. Esa alteración afectaría a cuencas que abastecen a comunidades rurales, economías regionales y grandes ciudades, en un contexto de creciente vulnerabilidad hídrica por efecto del cambio climático.

Desarrollo sí, pero con límites ambientales

La presión para flexibilizar la Ley de Glaciares suele fundamentarse en la necesidad de habilitar proyectos productivos —principalmente megamineros— en zonas actualmente protegidas. Sin embargo, el documento de FARN sostiene que no existe desarrollo posible sin agua y que priorizar modelos extractivos de corto plazo amenaza actividades que dependen directamente del recurso hídrico, como la agricultura, el turismo, la ganadería y el abastecimiento de agua potable.

Modificar la ley implicaría avanzar sobre ecosistemas de alta montaña que cumplen funciones esenciales en la regulación del clima y la conservación de biodiversidad. En un escenario global de retroceso acelerado de glaciares, la protección normativa se vuelve un pilar fundamental para garantizar seguridad hídrica.

Una herramienta clave para un país en transición climática

Sostener intacta la Ley de Glaciares es, para las organizaciones ambientales, una condición indispensable para enfrentar un futuro marcado por eventos extremos: sequías, olas de calor, estrés hídrico, incendios y retroceso de masas de hielo. La ley representa uno de los pocos instrumentos nacionales que protegen reservas de agua estratégicas en un país donde amplias regiones dependen del deshielo.

FARN advierte que debilitar esta normativa tendría impactos ambientales, sociales y económicos de gran alcance. La protección de glaciares y ambientes periglaciales no es un obstáculo para el desarrollo, sino un requisito básico para asegurar condiciones de vida dignas, producción sostenible y estabilidad hídrica para las próximas generaciones.

Organizaciones firmantes

  • Fundación Ambiente y Recursos Naturales
  • Fundación Biodiversidad Argentina
  • Fundación Habitar y Desarrollo
  • Agencia de Cooperación para el Desarrollo
  • Consciente Colectivo
  • Ecohouse
  • Aves Argentinas
  • Círculo de Políticas Ambientales
  • Natura Argentina
  • Proyectar
  • Red Universitaria para la Crisis Climática
  • Banco de Bosques
  • Fundación Internacional para la Restauración de Ecosistemas Argentina
  • Wildlife Conservation Society Argentina
  • Asociación Argentina de Abogados/as Ambientalistas
  • Asociación para la Conservación y el Estudio de la Naturaleza
  • Por el Mar
  • Greenpeace
  • Fundación Ambiente y Medio
  • Fundación Yuchan
  • Argentina Limpia
  • Fundación Vida Silvestre
  • Hora de Obrar
  • Los Verdes
  • Wetlands International
  • Asamblea Jáchal No Se Toca
  • Sin Azul No Hay Verde
  • Bios Argentina
  • Red Nacional de Acción Ecologista
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