El grito "no se inunda más, carajo", en plena campaña presidencial de Mauricio Macri, terminó siendo cierto en forma parcial. Durante su gestión como jefe de Gobierno se hicieron obras, como los aliviadores de los arroyos Maldonado y Vega, que resolvieron problemas históricos. Pero la naturaleza y el cambio climático siguen haciendo de las suyas, por lo que los trabajos y los planes para evitar anegamientos no pueden detenerse.
En el último temporal fuerte, a principios de febrero, hubo barrios, sobre todo en la zona sur, que recibieron 80 milímetros de agua en menos de media hora. Un fenómeno inusual y pocas veces visto, según los especialistas. El dato duro dice que en la Ciudad, en promedio, llueve un 11 por ciento más que hace 20 años. Y que episodios como el de febrero, o como el que a fines de diciembre destrozó miles de árboles, serán cada vez más frecuentes.
En función de estos datos, el Gobierno porteño anunció que se reactivan obras en barrios clave, que ya sufrieron anegamientos e inundaciones, y se inician en otros en los que la infraestructura construida es insuficiente y en los que es necesario sumar obras para prevenir las contingencias climáticas.
En pocas semanas comenzarán a lanzarse las licitaciones y arrancarán obras, sobre todo, vinculadas con el arroyo Medrano. Es el que desbordó en 2013 y provocó inundaciones y víctimas fatales sobre todo en Saavedra. Según afirman desde el Gobierno porteño, las obras locales sirven para mitigar los efectos, y de hecho el reservorio que ya está construido, también en Parque Sarmiento, es útil ante precipitaciones intensas.
Pero hacen falta obras "más profundas", según las autoridades porteñas, que deberían hacerse en el GBA, ya que al arroyo nace en el partido de San Martín. Por ahora no hay nada previsto, aseguraron desde el Ejecutivo porteño respecto de si hay negociaciones con el municipio o la Provincia. Y agregaron que otra obra que se discutió en Saavedra, que consistía en que el arroyo volviera a estar a cielo abierto en el parque del mismo nombre, quedó definitivamente descartada.
Arroyo Medrano
En concreto, se hará un conducto que tendrá una longitud de 1,5 km e incluye "una obra de cierre (cinco compuertas), una estación de bombeo (tres bombas), tabicamiento del arroyo (mejora del 15 % en la conducción) y nuevas cámaras de inspección", anunciaron el jefe de Gobierno, Jorge Macri, y el ministro de Infraestructura, Pablo Bereciartúa. Se espera, según dijeron, que se beneficien 360 mil vecinos y también habrá trabajos en la desembocadura.
En cuanto al reservorio, confirmaron que se iniciará en dos semanas. Como se dijo, se trata de la segunda etapa, con la que se busca aumentar la capacidad de retención del agua con un mecanismo que se denomina “soluciones basadas en la naturaleza". El reservorio tendrá 123 mil metros cúbicos de capacidad. Además, en los ramales Larralde y Ciudad de la Paz, que son subcuencas del Medrano, se harán trabajos de desagüe. Son 2 km de longitud que se licitarán antes de fin de año.
En otra zona de la Ciudad también habrá trabajos en el ramal Costa Rica, que está en la subcuenca del arroyo Maldonado. Se trata de un tubo de 1 kilómetro que busca evitar anegamientos en Palermo y beneficiar a 27.000 vecinos.
En cuanto a la zona sur, que sufrió el temporal de febrero más que otros barrios, se avanzará con los ramales Marti 2 y Zuviría, que son parte de las subcuencas del arroyo Cildañez. En los últimos años ya se habían hecho trabajos, con el fin de evitar anegamientos en Flores, Parque Avellaneda y Villa Lugano. Las obras se van a licitar en un mes y comenzarán antes de fin de año. Son conductos. 3,8 km, con beneficios para 23.500 vecinos.
Una cloaca bajo la Costanera
Además del plan hidráulico y las obras más recientes, en el Gobierno porteño anunciaron que hay avances con un proyecto que podría licitarse hacia fin de año y servirá para disminuir la contaminación del Río de la Plata. El objetivo, anunciaron Macri y Bereciartúa, es "proyectar un espacio de uso y disfrute del borde costero de forma limpia y sin peligros para la salud".
Es un proyecto de más largo aliento, que tendrá un plazo de ejecución de 48 meses. Se trata de un conducto de saneamiento cloacal que abarcará todo el frente del Río de la Plata desde la General Paz hasta el Riachuelo. Además, está prevista su extensión futura hacia la zona norte. El costo de la etapa inicial es de 240 millones de dólares.
La construcción es similar al mecanismo que se usó para los aliviadores de los arroyos Vega y Maldonado. Es decir, se hará con tuneladoras, por lo que será bajo tierra. Y por la dimensión del proyecto, es posible que además de avanzar en un trabajo común con Aysa, ya que se trata de un colector cloacal, se busque financiamiento de un organismo multilateral de crédito.
Además, podría conectarse con el Sistema Riachuelo, una obra cloacal que será clave para mejorar la calidad medio ambiental de la zona costera del Riachuelo, tanto en Capital como en Provincia, y que según las previsiones podría estar activa desde septiembre.
Los trabajos proyectados, cuyo mayor presupuesto será requerido por el colector de la Costanera (s calcula en 240 millones de dólares), tienen un costo estimado de 312 millones de dólares. Según la información de la Ciudad, serán en total 33 kilómetros que se sumarán a los 83 kilómetros de túneles y conductos ya hechos, que incluyen las obras principales de las cuencas de los arroyos Maldonado, Vega y Cildañez.
Ahora, además, hay ocho kilómetros de obras en ejecución, en los ramales Lugones (ya finalizado) y Elcano (Cuenca del Vega); Yerbal (Cuenca del Cildañez), y Acuña de Figueroa y Argerich Norte (Cuenca del Maldonado).
Con todo esto, aseguran las fuentes oficiales, el 82% de la Ciudad "está protegida contra el riesgo de inundaciones".
Fuente: Clarín