Cielo de furia en Mendoza: tormentas de granizo extrema dejan pérdidas materiales y humanas en su paso
24/01/2025La Política AmbientalEl jueves 23 de enero, Mendoza vivió una jornada de furiosas tormentas que azotaron con fuerza el Valle de Uco y el Este provincial, causando grandes estragos tanto en la infraestructura urbana como en la producción agrícola. En una temporada donde las condiciones climáticas extremas son cada vez más frecuentes, el cambio climático parece estar manifestándose con una virulencia nunca antes vista en la región.
En el Valle de Uco, una violenta tormenta de granizo impactó fuertemente sobre varios de sus departamentos: Tunuyán, Tupungato y San Carlos. Si bien la intensidad varió según la zona, las localidades de Los Árboles y Villa Seca, en Tunuyán, fueron las más golpeadas, con granizo seco seguido de una torrencial lluvia. La tormenta también dejó su huella en el distrito de Chilecito, en San Carlos, donde el granizo fue menos fuerte, pero el viento causó serios inconvenientes como la caída de árboles.
Según reportó la municipalidad de Tupungato, el Zampal, parte de La Arboleda y Cordón del Plata fueron los sectores más afectados, con el saldo de 15 árboles caídos, varios de ellos dañando viviendas sin que se reportaran víctimas fatales. Las pérdidas materiales fueron notables, aunque sin la tragedia que ocurrió en el Este de Mendoza.
En Santa Rosa, las tormentas fueron aún más violentas. A las lluvias intensas y el granizo se sumaron vientos descomunales que causaron pérdidas totales en hectáreas productivas. La situación más trágica se dio con la muerte de un joven de 23 años, quien, al intentar resguardar su auto del granizo, sufrió la caída de un árbol que le arrebató la vida. "La tormenta fue imparable", explicó Juan Martínez, jefe de Defensa Civil de Santa Rosa. En esta zona, los viñedos y los durazneros, principales cultivos de la región, sufrieron daños que rondan entre el 90% y el 100%. La infraestructura local también se vio gravemente afectada, con decenas de árboles caídos que provocaron cortes en el suministro de electricidad e internet, sumiendo a varias localidades en la oscuridad y desconexión.
¿Un cambio climático inminente?
Estas tormentas, intensas y destructivas, no son un fenómeno aislado. Según expertos en meteorología, estamos siendo testigos de un cambio climático acelerado que está afectando a todo el país. Mendoza, históricamente conocida por su clima árido y semiárido, está viviendo una transformación en la cual los fenómenos extremos, como las tormentas de granizo, se presentan con mayor frecuencia e intensidad.
La devastación que causan estos fenómenos no solo afecta la vida humana, sino que también tiene un impacto profundo en la economía regional. Las pérdidas en los cultivos son una clara muestra de la vulnerabilidad de las zonas productivas, cuya recuperación requerirá de un esfuerzo conjunto entre el sector privado, las autoridades y la sociedad en general.
¿Cómo nos preparamos para el futuro?
La crisis climática no es algo que pueda solucionarse de un día para el otro. Si bien las autoridades locales han reaccionado de manera eficiente ante estos eventos, el desafío a largo plazo será adaptarse a un clima más volátil y tratar de mitigar los daños en lo posible. Además, resulta crucial que se continúe promoviendo políticas ambientales que fomenten la resiliencia de las comunidades y la protección de los ecosistemas locales.
Ante estos eventos cada vez más recurrentes, es necesario tomar conciencia de que las acciones individuales, como el cuidado del medio ambiente y el apoyo a iniciativas de conservación, son pasos fundamentales para reducir la vulnerabilidad ante futuras catástrofes.
En un contexto donde el cambio climático es una realidad innegable, la recuperación será un trabajo que no solo dependerá de las medidas de emergencia, sino de un compromiso serio con la sostenibilidad y la protección del medio ambiente. Las tormentas de granizo y los vientos destructivos son solo el principio de lo que podría ser una nueva era climática para Mendoza y el mundo.