De Diluvios a Sequías: El Cambio Climático Acelera el Ciclo del Agua y Provoca Clima Extremo

25/03/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
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Inundaciones en Bahía Blanca

El cambio climático es una realidad que está transformando drásticamente el ciclo del agua en nuestro planeta. En todo el mundo, la alteración de los patrones climáticos está generando un clima más impredecible y extremista: tanto sequías severas como lluvias torrenciales que, lejos de ser fenómenos aislados, se están convirtiendo en un riesgo constante para las comunidades humanas y los ecosistemas.

La pregunta que muchos se hacen es: ¿cómo puede el calentamiento global ser responsable de extremos tan opuestos, como sequías prolongadas y lluvias desbordantes? La respuesta está en la forma en que el cambio climático está alterando el ciclo hidrológico de la Tierra. A medida que las temperaturas globales aumentan, el ciclo del agua se acelera y se intensifica.

Más Calor, Más Humedad: El Ciclo del Agua se Acelera
El ciclo hidrológico describe el constante movimiento del agua entre la Tierra y la atmósfera. Este proceso se ha mantenido relativamente estable a lo largo de los milenios, pero el calentamiento global, impulsado principalmente por la quema de combustibles fósiles, está alterando su ritmo natural. A medida que las temperaturas aumentan, la atmósfera se calienta y puede absorber más vapor de agua de océanos, ríos, lagos, vegetación y suelos.

Con una atmósfera más cálida, la capacidad de retener humedad se incrementa, lo que genera sequías más largas e intensas en algunas regiones. Las áreas áridas se expanden, y los suelos se resecan más rápidamente. Sin embargo, el fenómeno tiene un lado opuesto: aunque las lluvias son menos frecuentes, cuando caen, lo hacen con mayor intensidad, provocando inundaciones devastadoras. Según los expertos, la atmósfera retiene un 7% más de vapor de agua por cada grado Celsius de aumento de temperatura, lo que significa que, cuando las condiciones son favorables, el agua se libera de forma rápida y violenta, como si se tratara de una esponja que se exprime.

Los Océanos: El Calor Extra que Acelera el Proceso
Los océanos, que absorben la mayor parte del calor adicional de la atmósfera, juegan un papel crucial en este cambio. El aumento de la temperatura de los mares provoca la expansión del agua y el derretimiento del hielo en los polos, lo que no solo eleva el nivel del mar, sino que también alimenta huracanes y ciclones más poderosos. Estos fenómenos meteorológicos pueden descargar enormes cantidades de agua en cortos periodos de tiempo, generando desbordes y destrozos en ciudades costeras.

En 2023, la tormenta mediterránea Daniel, que causó lluvias torrenciales en Libia, es un ejemplo claro de cómo el cambio climático está influyendo en estos eventos. Las fuertes lluvias provocaron inundaciones catastróficas en la ciudad de Derna, donde dos presas colapsaron, arrastrando puentes, coches y personas. Los científicos climáticos señalan que el cambio climático aumentó la probabilidad de que este tipo de tormentas ocurrieran.

La Capa de Nieve y su Papel Crítico en el Ciclo Hidrológico
Otro aspecto clave afectado por el calentamiento global es la capa de nieve. Este recurso natural es fundamental para llenar embalses y vías fluviales, que alimentan de agua a miles de millones de personas, incluyendo su uso en la agricultura. Sin embargo, debido al aumento de las temperaturas, la nieve está desapareciendo en muchas regiones del planeta. Donde antes caía una nieve profunda que se derretía lentamente, ahora los inviernos son más cálidos y las precipitaciones se presentan en forma de lluvia, que se evapora rápidamente.

Además, los inviernos más cálidos extienden la temporada de crecimiento de las plantas, lo que significa que el agua de la nieve derretida es absorbida antes de que pueda alimentar los ríos y embalses. Este fenómeno agrava las sequías, ya que no solo cae menos nieve, sino que la que cae no logra llegar a donde más se necesita.

¿Es Demasiado Tarde para Actuar?
El cambio climático está impulsado en su mayoría por la actividad humana, principalmente la emisión de gases de efecto invernadero como el CO2. La buena noticia, sin embargo, es que sabemos cómo detenerlo si decidimos actuar a tiempo. Si logramos reducir significativamente nuestras emisiones de gases contaminantes, podemos estabilizar las temperaturas y, con ello, frenar la aceleración del ciclo del agua que está causando estos extremos climáticos.

Es hora de tomar conciencia de que el cambio climático no es solo una amenaza futura, sino una crisis que ya está alterando nuestro entorno de formas que no podemos ignorar. Cada acción cuenta, y el futuro del agua en nuestro planeta depende de las decisiones que tomemos hoy.

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