YPF quiere entrar al negocio del uranio: ¿nueva estrategia energética o reciclaje del extractivismo?

12/07/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
YPF-nuclear-1024x576

En un país que aún no resuelve los conflictos sociales y ambientales que dejó el avance del fracking y la megaminería, el presidente de YPF, Horacio Marín, propuso abrir un nuevo frente: la creación de YPF Nuclear, una empresa estatal subsidiaria que ingresaría al negocio de la minería de uranio y al desarrollo de energía nuclear, de la mano del Plan Nuclear Argentino que lidera Demian Reidel.

La iniciativa, presentada como parte de la “agenda post-Vaca Muerta”, tiene como eje el ingreso de YPF a la explotación de yacimientos como Cerro Solo (Chubut), y la posibilidad de exportar uranio en combinación con reactores modulares, a partir de 2030. Sin embargo, la propuesta evita responder preguntas clave sobre los impactos ambientales, el consentimiento de las comunidades y el modelo de desarrollo que se busca consolidar.

¿Transición energética o reconversión del extractivismo?
YPF, una empresa nacida para garantizar la soberanía energética nacional, ahora proyecta profundizar el modelo extractivo, esta vez con minerales radiactivos. Aunque Marín habla de un “círculo virtuoso” en el que el petróleo, el gas, el litio y el uranio se suceden como eslabones de desarrollo, la realidad ambiental y social en los territorios donde avanzan estas industrias desmiente esa narrativa.

En Chubut, la minería de uranio está prohibida por ley desde 2003. La sociedad ya expresó su rechazo en plebiscitos, protestas masivas y procesos legislativos. ¿Qué significa entonces que YPF y Nucleoeléctrica estén planeando un polo nuclear en la provincia, sin discutirlo con sus habitantes?

El proyecto, además, llega en un contexto nacional de debilitamiento institucional: se disolvieron organismos como el Instituto de Agricultura Familiar y el ente regulador del cannabis medicinal, mientras el poder ejecutivo concentra cada vez más decisiones estratégicas sin debate público.

Licencia social: una deuda estructural
Para justificar su entrada al sector, Marín sostuvo que YPF aportará la “eficiencia empresarial” y la “licencia social”. Pero, ¿cómo se construye legitimidad cuando los territorios indígenas y campesinos siguen sin acceso al agua o a la propiedad comunitaria de sus tierras? ¿Se puede hablar de licencia social si no se garantiza la consulta previa, libre e informada que establece el Convenio 169 de la OIT?

Desde hace años, organizaciones sociales, comunidades mapuche-tehuelches y asambleas ciudadanas resisten el avance de la minería de uranio por su alto impacto sobre las fuentes de agua y los ecosistemas, además de los riesgos asociados al transporte y almacenamiento de residuos radiactivos.

Energía para data centers: ¿para quién es el futuro?
Otra de las declaraciones polémicas de Marín apunta al uso de la energía nuclear para alimentar centros de datos, en un futuro dominado por la inteligencia artificial. “Puede duplicarse la demanda energética”, dijo. Pero esa demanda no surge de las necesidades de las poblaciones rurales o urbanas postergadas, sino de la lógica de los mercados tecnológicos y financieros.

El Plan Nuclear Argentino habla de exportar reactores “como si fueran maquinillas de afeitar”, usando el modelo Gillette. En ese esquema, Argentina se posicionaría como proveedor de uranio para terceros países, mientras su propio pueblo no tiene acceso a energía segura, limpia y descentralizada.

¿Qué energía queremos?
El ingreso de YPF al negocio nuclear no es una decisión técnica: es un giro político que profundiza un modelo de desarrollo centralizado, extractivista y sin participación democrática real. Un modelo que se apoya en recursos finitos, en el sacrificio de territorios y comunidades, y en promesas de futuro que pocas veces se cumplen.

Si la transición energética es inevitable, la pregunta central es quién la decide y para quién se hace. Porque sin planificación participativa, sin respeto por los derechos indígenas y ambientales, y sin un debate público serio, YPF Nuclear corre el riesgo de ser una nueva cara de un viejo problema.

Lo más visto

Suscríbete a La Política Ambiental para recibir periódicamente las novedades en tu email