Murió el Papa Francisco: el pontífice que convirtió el cambio climático en una causa moral global

21/04/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
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El mundo despidió este lunes 21 de abril de 2025 a una de las figuras más influyentes del siglo XXI: el Papa Francisco. A los 88 años, falleció en la Casa Santa Marta del Vaticano, tras sufrir un derrame cerebral que derivó en una insuficiencia cardíaca. Su muerte ocurrió apenas un día después de haber presidido la Misa de Pascua, en la que apareció en silla de ruedas, visiblemente debilitado.

Con su partida, no solo termina una etapa histórica de la Iglesia Católica. También se cierra el ciclo de un líder que logró llevar al máximo nivel de visibilidad un tema que hasta hace poco no figuraba en las prioridades religiosas: la lucha contra el cambio climático. Francisco no solo habló de la crisis ambiental. La convirtió en un imperativo ético y espiritual.

Un papado atravesado por el cuidado de la “Casa Común”

Jorge Mario Bergoglio fue el primer Papa latinoamericano y el primero en adoptar el nombre de Francisco, inspirado en San Francisco de Asís, patrono de los animales y del medio ambiente. Ese gesto fue una señal temprana de la orientación que tendría su papado.

Desde su llegada al Vaticano en 2013, mostró una sensibilidad especial hacia las injusticias estructurales del mundo moderno. Y entre ellas, puso en primer plano el deterioro ambiental como expresión de una crisis mayor: la crisis del sistema que prioriza el consumo, el descarte y la acumulación sin límites.

Su aporte más potente llegó en mayo de 2015, con la publicación de la encíclica Laudato Si’, un documento sin precedentes en la historia de la Iglesia. Allí llamó a una “conversión ecológica” y advirtió que el ser humano, al creerse dueño absoluto del planeta, se ha convertido en su principal amenaza.

“El ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo”.


En Laudato Si’, Francisco propuso el concepto de ecología integral, que plantea que el daño ambiental, la pobreza, la pérdida de biodiversidad, la crisis del agua y el cambio climático no son problemas aislados, sino manifestaciones de un mismo mal: la ruptura de los vínculos entre las personas y con la naturaleza.

Contra el negacionismo y la indiferencia climática

Francisco fue una de las voces más claras y firmes en denunciar el negacionismo climático, sobre todo cuando se instaló desde discursos políticos y corporativos. Acusó a ciertos sectores de usar argumentos ideológicos o económicos para frenar la acción climática, y advirtió que la evidencia científica ya no puede ignorarse.

“Lo que estamos verificando ahora es una inusual aceleración del calentamiento, con una velocidad tal que basta una sola generación para constatarlo”.

Para el Papa, negar el cambio climático era negar el sufrimiento de los más pobres y vulnerables, que ya están pagando las consecuencias: migraciones forzadas, pérdida de territorios, acceso desigual a recursos como el agua y daños irreversibles en ecosistemas frágiles.

En sus homilías, documentos y declaraciones internacionales, remarcó una y otra vez que el problema no es solo técnico o político: es una crisis de valores, de indiferencia moral.

“La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”.


Encuentros con referentes del ambientalismo

La visión de Francisco lo llevó a tejer puentes con figuras del mundo de la ciencia, el activismo, el arte y la cultura. Uno de los encuentros más recordados fue el que mantuvo con el actor y activista Leonardo DiCaprio en enero de 2016. La reunión en el Vaticano duró cerca de 15 minutos y fue más que un gesto simbólico.

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DiCaprio —quien produjo y protagonizó documentales sobre la crisis ambiental, como Before the Flood— le obsequió al Papa un libro con reproducciones de obras de Hieronymus Bosch, mientras que Francisco le regaló una copia firmada de Laudato Si’. Ambos compartieron su preocupación por la pérdida de la biodiversidad y el avance del calentamiento global.

Tras la muerte del pontífice, DiCaprio publicó un mensaje emotivo: “Francisco fue un faro moral en tiempos de oscuridad climática. Un líder valiente que unió fe, ciencia y acción”.

Además del actor, Francisco recibió a líderes indígenas amazónicos, representantes del IPCC, científicos como Hans Joachim Schellnhuber, y activistas jóvenes como representantes de Fridays for Future y Laudato Si’ Movement. Siempre buscó que la Iglesia fuera un actor proactivo, no un espectador.

El Papa Francisco envió un contundente mensaje a la COP28 pese a no poder asistir por razones de salud

Aunque estaba previsto que el Papa Francisco asistiera personalmente a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), celebrada en Dubái del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023, una inflamación pulmonar obligó al pontífice a cancelar su viaje por recomendación médica. Sin embargo, su ausencia física no impidió que su voz se hiciera presente ante los líderes mundiales.

La COP, sigla de Conference of the Parties, es una cumbre climática anual organizada por Naciones Unidas, donde más de 190 países negocian acuerdos y estrategias para frenar el cambio climático. En su edición número 28, la COP se centró especialmente en la transición energética, el abandono progresivo de los combustibles fósiles y el financiamiento para países en desarrollo afectados por fenómenos climáticos extremos.

En ese marco, el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, fue el encargado de leer el mensaje del Papa ante el plenario. En un discurso enérgico y comprometido, el Santo Padre instó a la comunidad internacional a abandonar la “espiral de autodestrucción” y adoptar una “cultura de la vida” frente a la creciente devastación ambiental.

“El clima, herido por nuestra irresponsabilidad, exige un cambio de rumbo”, afirmó Francisco. Calificó el daño ambiental como una “ofensa a Dios” y un “pecado estructural” que golpea con más fuerza a los sectores más pobres y vulnerables del planeta.

Además, el pontífice propuso destinar parte de los recursos utilizados en armamento a la creación de un fondo mundial contra el hambre y para el desarrollo sostenible, como una forma concreta de conectar la justicia climática con la justicia social.

Acciones concretas: un Vaticano más sostenible

Francisco no se limitó a hablar: también actuó. Durante su pontificado, el Vaticano instaló paneles solares en sus edificios, redujo el uso de plásticos, promovió jardines urbanos y adoptó políticas de eficiencia energética. En 2020, anunció que el Estado Vaticano buscaría alcanzar la neutralidad de carbono antes de 2050.

Además, impulsó campañas educativas dentro de la Iglesia para difundir la “ecología integral” y animó a diócesis de todo el mundo a involucrarse en causas ambientales, especialmente en regiones afectadas por la deforestación, la sequía o el extractivismo.

Un legado que trasciende la Iglesia

El impacto del Papa Francisco en la lucha climática es profundo y global. Supo situar el cambio climático no solo como un problema ambiental o económico, sino como una cuestión ética que interpela la conciencia de la humanidad. Logró integrar la espiritualidad con la ciencia y poner en común causas antes consideradas distantes.

Su mensaje fue claro: cuidar el planeta es cuidar a los pobres, a los jóvenes y a las generaciones futuras.

Hoy, tras su partida, su voz seguirá resonando en quienes luchan por un mundo más justo, más limpio y más humano. Su legado verde permanecerá como uno de los pilares más sólidos de su pontificado.

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