Mendoza y la Minería: Un Riesgo Ambiental Irreversible

MINERÍA01/12/2024La Política AmbientalLa Política Ambiental
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Alfredo Cornejo abrió la Bolsa de Valores de Toronto en el encuentro de minería en Mendoza. diariouno

La reciente Cumbre de Minería Sostenible celebrada en Mendoza ha puesto a la provincia en el centro de la discusión mundial sobre minería. Sin embargo, el optimismo desplegado por las autoridades provinciales y los empresarios internacionales en torno a la minería como motor de desarrollo económico deja de lado una verdad innegable: el precio de ese progreso podría ser demasiado alto en términos de costos ambientales y sociales.

La provincia, liderada por el gobernador Alfredo Cornejo, ha mostrado un firme interés en diversificar su matriz productiva, con la minería como uno de los pilares de su futuro económico. Sin embargo, la reciente modificación de la Ley 7722, que hasta ahora protegía el recurso hídrico de Mendoza al limitar la actividad minera, abre la puerta a una expansión de esta industria con consecuencias potencialmente devastadoras para el medio ambiente, las comunidades locales y sectores clave de la economía provincial.

La minería, aunque presentada como “sostenible” en foros como el de la Cumbre, ha dejado en otras provincias del país un rastro de daños irreparables a los ecosistemas y las fuentes de agua.

El Lado Oscuro de la Minería: Daños Ambientales en Otras Provincias
El ejemplo de otras provincias argentinas como Catamarca, San Juan y La Rioja nos debe hacer reflexionar antes de abrazar el oro como única vía de progreso. En estas regiones, la minería ha dejado huellas profundas de contaminación, no solo de suelos y aguas, sino también de la salud de las comunidades cercanas a los proyectos. La minería a gran escala, que utiliza cianuro y otros químicos para extraer minerales, ha contaminado ríos y arroyos que antes abastecían a las poblaciones. El caso de Veladero, en San Juan, es paradigmático: el derrame de cianuro en 2015 afectó gravemente el agua potable de miles de personas, un recordatorio de los riesgos inherentes a esta actividad.

Los problemas no se limitan solo a los derrames. Las minas, especialmente las de metales como el cobre y el litio, requieren enormes cantidades de agua para su procesamiento. En un país con una creciente escasez de agua, ¿es realmente sensato apostar por industrias que consumen miles de litros de agua al día mientras dejan regiones enteras sin acceso a este recurso esencial?

Mendoza Frente al Cambio: El Riesgo de Sacrificar el Agua
La modificación de la Ley 7722 para permitir la minería en Mendoza podría significar el inicio de un modelo que antepone los intereses económicos a la protección de los recursos naturales. Mendoza, una provincia que ya enfrenta problemas de sequía recurrentes, es el último lugar donde deberíamos permitir que una industria tan destructiva avance sin restricciones estrictas. La minería no solo pone en peligro los recursos hídricos al consumirlos en grandes cantidades, sino que también puede afectar la calidad del agua con la contaminación de metales pesados y productos químicos tóxicos.

Este modelo de minería “sostenible” que se promociona como parte de la nueva agenda económica, en realidad se enfrenta a la cruda realidad de los costos ambientales. A pesar de las promesas de las autoridades provinciales de que se implementarán controles estrictos y se utilizarán tecnologías limpias, el historial de la minería en Argentina demuestra que los estándares de control y monitoreo suelen ser insuficientes. La falta de infraestructura para el tratamiento de los desechos y la falta de transparencia en muchos de estos proyectos siguen siendo problemas persistentes.

El Impacto en el Sector Vitivinícola: Un Riesgo para la Identidad de Mendoza
Uno de los sectores más afectados por la expansión de la minería en Mendoza podría ser el vitivinícola, que representa el corazón de la economía provincial. El consumo de agua por parte de la minería es una de las preocupaciones más graves. Las minas requieren enormes cantidades de agua para su funcionamiento, y esto puede agravar la crisis hídrica que ya enfrenta Mendoza, región que depende de sus recursos hídricos no solo para la vida cotidiana de sus habitantes, sino también para su principal actividad productiva: el vino.

La competencia por el agua entre la minería y la viticultura podría tener consecuencias devastadoras para el sector vitivinícola. La reducción de los recursos hídricos disponibles afectaría directamente la producción de uvas y, por ende, de vino. En un escenario donde la sequía ya es una amenaza constante, el impacto de la minería podría ser el golpe de gracia para los viñedos de Mendoza, una de las principales regiones productoras de vino del mundo. La calidad del agua también se vería comprometida, lo que podría llevar a la contaminación de ríos y arroyos, afectando tanto a los viñedos como a las poblaciones que dependen de estos cuerpos de agua.

La Larga Lucha de las Asambleas por el Agua
El debate sobre la minería en Mendoza no es nuevo y, desde hace años, las Asambleas por el Agua han sido una de las principales voces de oposición a los proyectos mineros. Estas organizaciones, formadas por ciudadanos de Mendoza y otras provincias afectadas, han defendido la Ley 7722 como un pilar fundamental para proteger el agua, un recurso vital para la vida y la agricultura en la región.

Las Asambleas han protagonizado numerosas movilizaciones y protestas en defensa de la ley, alertando sobre los peligros de abrir la puerta a la minería a gran escala. Los integrantes de estas asambleas denuncian que la minería no solo destruye los ecosistemas y contamina el agua, sino que también pone en peligro la salud de las comunidades cercanas a las explotaciones mineras. Además, advierten que los beneficios económicos de la minería son efímeros y no justifican los daños a largo plazo.

A lo largo de los años, las Asambleas por el Agua han logrado frenar intentos de modificar la ley, pero la reciente reforma de la Ley 7722, impulsada por el gobierno provincial, ha encendido nuevamente las alertas. Las asambleas aseguran que este cambio es una amenaza directa a la supervivencia de los recursos hídricos de Mendoza, especialmente en un contexto de crisis climática y sequía.

Un Futuro en Riesgo
Si bien la minería podría generar empleo en Mendoza, especialmente en un contexto de alta desocupación, los puestos de trabajo en el sector no son siempre sostenibles ni benefician a las comunidades a largo plazo. Los sueldos suelen ser temporales y los beneficios, muy limitados. Las consecuencias para la biodiversidad local y para la calidad de vida de los mendocinos podrían ser mucho más profundas.

El llamado a una "minería responsable" se enfrenta a la dura realidad de que las minas son, por naturaleza, actividades destructivas que transforman los ecosistemas de manera irreversible. Mendoza debe ser consciente de los ejemplos de otras provincias, donde los daños colaterales de la minería continúan afectando a las generaciones futuras, no solo en términos de salud y bienestar, sino también en el acceso a los recursos naturales que son la base de la vida.

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