Argentina bate récord en aprobación de transgénicos mientras desmantela políticas agroalimentarias
ACTUALIDAD05/02/2025La Política Ambiental
El 2024 marcó un hito en la historia de la biotecnología argentina: la Secretaría de Agricultura aprobó 25 Organismos Genéticamente Modificados (OGM), la cifra más alta en casi tres décadas. En un solo año, el gobierno de Javier Milei autorizó la cuarta parte del total de transgénicos aprobados desde 1997, acelerando los trámites y reduciendo las evaluaciones ambientales y sanitarias. Sin embargo, este "récord" vino acompañado del desmantelamiento de políticas agroalimentarias clave y una creciente concentración del mercado de alimentos en pocas empresas.
Transgénicos en auge, políticas alimentarias en retroceso
Desde la asunción de Milei, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca perdió su rango ministerial y quedó bajo la órbita del Ministerio de Economía. En este contexto, en 2024 se aprobaron 19 microorganismos modificados para la producción de bioetanol y vacunas biotecnológicas, junto con seis nuevos cultivos transgénicos (dos de soja y cuatro de maíz).
Pero mientras se promovía el agronegocio, se frenaron políticas clave para la soberanía alimentaria. Según el informe Rascar la Olla, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Fundación Rosa Luxemburgo, en 2024 se eliminaron programas como Pro Huerta, que durante más de 30 años asistió a familias, escuelas y comunidades con insumos, capacitación y asistencia técnica para la producción de alimentos.
También se desmanteló la Comisión para la Agricultura Familiar del SENASA, y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) sufrió despidos masivos y la venta de su histórica sede en Palermo. Estas medidas debilitaron la agroecología y dejaron sin apoyo a pequeños productores y comunidades campesinas.
Alimentos más caros, menos accesibles
El impacto de estas decisiones no tardó en sentirse en el consumo de los argentinos. Entre noviembre de 2023 y julio de 2024, el consumo de alimentos cayó un 16% en supermercados y un 11% en autoservicios mayoristas. Las mayores bajas se registraron en bebidas (26%), lácteos (12%), carnes (9%) y frutas y verduras (7%).
En paralelo, Argentina lideró el ranking de inflación en alimentos según el Banco Mundial. Entre noviembre de 2023 y julio de 2024, los precios de los alimentos subieron un 128%. Preparar un guiso se volvió un 151% más caro, y tomar una taza de mate cocido con leche y pan implicó un 147% más de gasto.
¿Quiénes ganan con este modelo?
Mientras el poder adquisitivo de los consumidores se desploma, el informe del CELS y la Fundación Rosa Luxemburgo destaca que en el primer año de gestión de La Libertad Avanza, las grandes empresas alimentarias incrementaron sus ganancias en un 1.300% y el complejo agroexportador de granos un 4.900%. La eliminación de retenciones a las agroexportadoras en 2025 consolidará aún más esta tendencia.
Desde la Mesa Agroalimentaria Argentina (MAA), integrada por organizaciones como la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) y la Federación de Cooperativas Federadas (FECOFE), alertan sobre las consecuencias del desmantelamiento de las políticas alimentarias. “Las familias productoras que apostamos por la agroecología reducimos los costos entre un 60% y 70%, lo que nos permite mejorar nuestras unidades productivas y ofrecer alimentos a precios justos”, explicó Juan Amador, referente del Consultorio Técnico Popular (CoTePo), durante el Congreso de Agroecología de Buenos Aires en noviembre de 2024.
El desafío de una transición justa
En plena crisis climática y económica, el acceso a alimentos saludables producidos localmente es más importante que nunca. Pero mientras el modelo extractivista avanza sin regulación, pequeños productores y consumidores enfrentan un escenario cada vez más adverso.
¿Es posible construir una alternativa basada en la agroecología y la soberanía alimentaria? La respuesta dependerá de las decisiones que se tomen en los próximos años, y de la resistencia de quienes siguen apostando por una producción sustentable y un acceso equitativo a los alimentos.