Santa Fe: rescatan crías de carpincho y hallan “milanesas de capibara” en una casa que vendía carne ilegal

ACTUALIDAD19/05/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
carpincho

Un allanamiento en la localidad santafesina de Pueblo Esther, en las afueras de Rosario, dejó al descubierto una situación alarmante: dos crías de carpincho fueron rescatadas en estado de abandono, encerradas en una jaula, mientras que en el freezer de la vivienda se halló carne de carpincho y nutrias ya faenadas. Además, en el lugar se elaboraban y vendían milanesas con carne de esta especie silvestre, una práctica prohibida por la ley.

El operativo fue realizado este miércoles por la Brigada Ecológica y Rescate Animal de la Policía de Rosario, luego de una denuncia anónima. La Justicia ordenó el allanamiento y, al llegar al domicilio, los efectivos fueron recibidos por una mujer que vivía en la casa.

En el lugar encontraron dos crías de carpincho en mal estado de salud e higiene, y en el freezer, los restos de un carpincho adulto y seis nutrias, ya procesados. Según confirmaron fuentes policiales, la carne se estaba comercializando de manera ilegal, en forma de milanesas.

Un delito ambiental con consecuencias

La Justicia ordenó el secuestro de los restos animales y dispuso el traslado urgente de los dos carpinchos vivos a una clínica veterinaria para su recuperación. Además, se abrió una investigación por infracción a la Ley Nacional de Conservación de la Fauna N° 22.421 y a la normativa provincial N° 4830, que prohíbe la caza, tenencia y comercialización de fauna silvestre sin autorización.

No es un caso aislado. En febrero, un local de embutidos en el barrio porteño de Villa Crespo fue clausurado por vender carne de carpincho y chivito sin habilitación. Allí se encontraron conservas que se presume provienen de la caza furtiva, lo que revela una preocupante red de tráfico y comercialización ilegal de especies protegidas.

Por qué esto importa

El carpincho, el roedor más grande del mundo, cumple un rol clave en los ecosistemas de humedales, como los del Litoral argentino. Su captura y comercialización afectan gravemente el equilibrio ambiental y atentan contra la biodiversidad local.

Además del daño ecológico, el tráfico y consumo ilegal de fauna silvestre puede representar riesgos sanitarios, ya que estas prácticas pueden ser vías de transmisión de enfermedades zoonóticas.

La fauna silvestre no es un recurso comercial: es parte esencial del equilibrio natural y está protegida por leyes nacionales y provinciales.

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