Misiones: ¿Agricultura sustentable? El debate por el proyecto de ley de bioinsumos y la prohibición de uso del herbicida glifosato

Región Litoral22/07/2022La Política AmbientalLa Política Ambiental
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La iniciativa legislativa de prohibir el uso y comercialización del glifosato y avanzar en una ley de promoción de producción de Bioinsumos tiene dictamen de la Comisión de Recursos Naturales, Conservación del Ambiente para un próximo tratamiento en el recinto de la Cámara de Diputados de Misiones, y desde el sector productivo, empresario y profesional señalaron sus inquietudes ante la medida.

Sectores del ámbito productivo, económico y profesional expresaron sus visiones e inquietudes ante el proyecto, con la principal preocupación ante un artículo (7) que establece la vigencia de la prohibición del mencionado herbicida a dos años de sancionada de la ley, cuando aún no existe en el mercado un producto alternativo herbicida de base biológica que sustituya su aplicación en la producción de yerba mate, te y, en menor medida en la forestación -en los primeros tres o cuatro años de plantación- y otros cultivos, en el que se utiliza para el control de malezas.

 Es una realidad que el glifosato es aún una herramienta indispensable en las diversas actividades rurales de la Provincia. El clima cálido y húmedo de Misiones requiere dicho control para hacer viable las actividades, minimizando pérdidas en el control de malezas.

 Sin embargo, el desafío es avanzar cada vez más hacia nuevas tecnologías que permitan disminuir los impactos ambientales de la agricultura, especialmente en lo que respecta al desarrollo sostenible para mejorar la calidad de vida, la salud y el ambiente de las personas, y reduciendo la contaminación.

 Todos los productos fitosanitarios nacionales o importados que se comercializan en el país deben estar inscriptos en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).

 Para los técnicos del organismo el glifosato se encuadra en esta normativa, es considerado un producto que «normalmente no ofrece peligro», según los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). Debe ser utilizado con responsabilidad, corresponde a un producto Clase IV, a una banda de color verde y la leyenda de «Cuidado» en negro, lo que significa que normalmente no ofrece peligro de ser utilizado bajo las instrucciones de aplicaciones determinadas y en cultivos específicos, con supervisión técnica.

 El principio activo del glifosato «se inactiva en contacto con el suelo, quedando fuertemente retenido, lo que hace improbable la contaminación de napas freáticas o cursos de agua. Los microorganismos del suelo descomponen este producto en elementos naturales, sin dejar residuos tóxicos”. Pero como todo agroquímico, requiere de los controles que garanticen su aplicación responsable, los deben efectuar las provincias con sus leyes sobre fitosanitarios.

“Aún en el Senasa no se tiene registro de un herbicida con base biológica”, indicaron ante la consulta de ArgentinaForestal.com. Tampoco se tiene información de ensayos para que en un futuro próximo se registre algún bioinsumo que pueda reemplazar al glifosato, herbicida que abarca a todas las malezas, ya que es de acción sistémica.

 El organismo de control nacional tiene un área de Registro de Productos Fitosanitarios (agroquímicos y biológicos) y el glifosato es un productor registrado, como otros tantos productos/marcas de herbicidas. “Hay una gama variada en el mercado de herbicidas”, señalaron. El glifosato es uno de los productos para el control de maleza. Se logra un manejo integrado, de plagas.» Es el paquete tecnológico que ofrece este herbicida, que abarca a toda la maleza. De cumplirse con las dosis, las aplicaciones y el instructivo, no es considerado un fitosanitario que tenga restricciones de uso. Incluso a nivel internacional», explicaron.

 Por ello, en la Argentina no está prohibido su uso, como tampoco a nivel internacional, aunque el debate está instalado en el mundo por las consecuencias en zonas que hicieron un mal uso y el desafío es avanzar hacia el desarrollo e innovación de bioinsumos.

 “El tema es que se trata de una tecnología, el glifosato es resistente. Pero cada provincia es autónoma, si sale la ley de prohibición de uso o comercialización, no se autorizará en Misiones”, se limitaron a responder. “Pero aún no hay registrados un producto de base biológica que lo suplante”, remarcaron.

Preocupación de las organizaciones productivas
Las organizaciones empresarias de los principales sectores productivos de la provincia sostienen que debiera analizarse una medida gradual y segura de reemplazo de uso del glifosato, una vez desarrollado y probado en el territorio un nuevo producto de base biológica. La Confederación Económica de Misiones (CEM), la AFOA (Asociación Forestal Argentina); APNEA (Asociación de Plantadores del Noreste Argentino); Asociación Rural Yerbatera Argentina; CASAFE (Cámara de Seguridad Agropecuaria y Fertilizantes); Coninagro – Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada; CCAM (Cooperativa Citrícola Agroindustrial de Misiones Ltda) y Cooperativa Agrícola Mixta de Monte Carlo Ltd., presentaron sus inquietudes ante la Cámara de Diputados de Misiones.

“EL SECTOR PRODUCTIVO EN GENERAL REQUIERE DE UNA ALTERNATIVA PROBADA, DE COSTO RAZONABLE Y EFECTIVAMENTE DISPONIBLE, PARA REEMPLAZAR AL GLIFOSATO”.
Por otra parte, un grupo de profesionales de Ingeniería Forestal matriculados en el Colegio de Ingenieros Forestal de Misiones (COIFORM) que adhirieron a los planteos de las organizaciones, coincidieron que ante la ausencia aun de un herbicida sustituto al glifosato, es recomendable acompañar el proceso con una mejor gestión rural para un control y buenas prácticas en el uso de los fitosanitarios en general y del glifosato en particular,  y en paralelo promover las inversiones del Estado en investigación, ensayos y pruebas de campo hasta lograr un biosumo que lo reemplace.

 “Estamos todos de acuerdo en la necesidad de avanzar hacia prácticas más amigables con el ambiente y menos contaminantes para lograr un desarrollo humano y económico sostenible, como también en promover las investigaciones y usos de bioinsumos, con más fuerza en su promoción. Sin embargo, también consideramos que el período de transición debe ser más gradual que dos años, ya que aún no existe un sustito del herbicida a prohibir su uso. Entendemos que el periodo no es suficiente y que este debe estar acotado a los tiempos de la ciencia y la investigación”, señalaron los profesionales forestales.

“Sería pertinente hacer mayor esfuerzo en incentivar y fortalecer  las buenas prácticas agrícolas y forestales  en la provincia respecto al uso responsable de los fitosanitarios en general”, agregaron.

 En la actividad forestal se usa este herbicida en los dos o tres primeros años de plantación, y en el caso de las grandes empresas que están certificadas bajo estándares internacionales ya utilizan productos banda amarilla avalados a nivel mundial y considerado de menor impacto.

 «El mayor impacto lo enfrentarán los productores de yerba mate y te, actividades que tienen una utilización anual para alcanzar el rendimiento de la producción a partir del uso de herbicida», señalan ingenieros forestales.

 En ese contexto, los profesionales recomendaron a los legisladores «apoyarse en la Ciencia, pero no prohibir su uso o comercialización hasta tanto en el mercado no existan productos de origen biológico probados y que puedan sustituir superando en los aspectos ambientales, técnicos y económicos al glifosato”, en notas elevadas a la legislatura sobre la iniciativa.

Consideraron, también, que el sector productivo en general requiere de una alternativa probada, debe ser además de costo razonable y efectivamente disponible, para reemplazar al glifosato, y este es el punto que más preocupa ante el tratamiento de la Ley propuesta por legisladores misioneros.

 El cruzamiento de consultas sobre el alcance y posibles consecuencias ante la medida genera preocupación en el ámbito productivo y profesional en las últimas semanas. “Se apoya las políticas de promoción a los bioinsumos, pero estas deberían avanzar  con un mejor control del uso del glifosato, no en su prohibición sin un sustituto probado”, remarcan en coincidencia una treintena de profesionales.

 La importancia de la iniciativa requiere de la visión y debate desde lo ambiental y la salud, en primer lugar, y desde lo técnico, científico, productivo y económico en la misma línea de prioridades para que sea una medida sostenible y factible de cumplir.

 “Con la participación de los profesionales se podría lograr una reglamentación ajustada a la realidad una vez sancionada la ley. Aun no se conoce en el ámbito profesional cómo o cuáles son las alternativas probadas con las que se va a sustentar el manejo de malezas en yerbales o forestaciones sin esos productos, por ejemplo”, plantearon los ingenieros.

Sobre el texto de la Ley, explicaron que aun esta innovación de base biológica representa en el mercado una pequeña porción de no más de 5% en promedio, con un marcado potencial de crecimiento según la dinámica y la tecnología que acompaña en crecimiento.

 “DE LOGRAR UN BIOINSUMO SUSTITUTO AL GLIFOSATO, ESTA ALTERNATIVA DEBEN ESTAR PROBADAS EN SU EFICIENCIA AMBIENTAL, PRODUCTIVA Y ECONÓMICA”, PLANTEAN PROFESIONALES DE INGENIERÍA FORESTAL.
 

Algunos de estos productos desarrollados fueron fertilizantes que han sido probados y han permitido el combate de plagas y enfermedades, promoción y crecimiento vegetal, pero otra cosa es hablar de un herbicida biológico, con métodos y técnicas viables y habituales para los productores, con ensayos y estudios en el territorio misionero. Este paso aun no se ha dado, y la normativa pretende establecer dos años de tiempo para la puesta en vigencia de erradicar el uso del glifosato por un sustituto. “No es viable”, repiten desde el ámbito técnico.

Algunos de los productos desarrollados para el control de plagas o fertilizantes demostraron ser competitivos en el mercado, sin embargo, los bioinsumos demandan todavía grandes esfuerzos de investigación y desarrollo para lograr mayor efectividad, reducir tiempos de acción, encontrar una dosificación adecuada y resolver la problemática de la dificultad en su traslado y almacenamiento, debido a la sensibilidad ante variaciones de temperatura y humedad, opinaron profesionales de ingeniería forestal.

No existe aun en el mercado reemplazo biológico para el combate de malezas. Es por ello que, actualmente, aún se desconoce su potencial sustitución al glifosato. Tal es así que algunas estimaciones privadas proyectan que para las décadas de 2040-2050 el mercado de biopesticidas podría igualar en importancia al de productos de origen sintético.

 El proyecto de ley en su artículo 7 plantea la vigencia de la normativa de prohibición de uso del glifosato a dos años de sancionada la ley, cuando aún es incierto cual sería su reemplazo del potencial “bioinsumo” para los cultivos y la adaptación en el territorio. La experiencia de empresas forestales certificadas con estándares internacionales demuestra que se trata de procesos de largo plazo y no de corto plazo, manifiestan los ingenieros.

Uso responsable de los fitosanitarios
Ingenieros forestales y agrónomos consultados, entienden que será difícil desarrollar un paquete tecnológico que responda de manera efectiva y económicamente viable hacia el control de malezas y plagas en el corto plazo, y por ello, sí urge avanzar en programas de extensión y asistencia técnica a los productores que refuerce el concepto de las buenas prácticas agrícolas y forestales, con un fuerte  rol de los  profesionales para capacitar en el adecuado uso de los fitosanitarios.

 

El sector productivo en general, con la regulación y fiscalización del Estado Provincia, deberá hacer más esfuerzos por  una real sostenibilidad ambiental. Y para ello también el desafío en Misiones es lograr el buen desempeño de los profesionales actuantes, que garanticen en el territorio esta realidad.

 

En paralelo, con medidas responsables y con impactos medidos y previsibles, avanzar en los tiempos que se requiera hacia los nuevos desarrollos que generen alternativas viables para el control de plagas y malezas, “pero éstas alternativas deben estar probadas en su eficiencia ambiental y económica”, insisten con preocupación desde el ámbito productivo y profesional.

 

En esta línea, los ingenieros forestales matriculados y cumpliendo con la ley del Colegio Ley I-N°108, y la Ley I-N°169, proponen que “la transición sea gradual, con un horizonte más afín a la ciencia, y la realidad actual de la provincia”.

 

Y apuntaron al uso responsable del glifosato, y los fitosanitarios en general: “Que durante ese camino a recorrer, se refuercen las buenas prácticas forestales, el uso adecuado de los elementos de protección personal, el uso de las máscaras, los trajes impermeables, las recetas debidamente validadas por técnicos inscriptos, que las aplicaciones sean con frecuencias adecuadas para evitar la sobre dosificación, que las condiciones climáticas sean tenidas en cuenta”, concluyeron.

I+D hacia los bioinsumos
El director regional del INTA Misiones, Fabio Wyss, dialogo con ArgentinaForestal.com sobre el desafío de avanzar en el desarrollo de Bioinsumos para la producción sostenible. “Es un tema complejo y es un debate internacional. En el l mundo se avanza hacia el desarrollo de nuevas tecnologías con el desarrollo de productos de base biológica y desde el INTA estamos trabajando en estas líneas de investigación en articulación con empresas e instituciones interesadas”, indicó.

“Estamos todos de acuerdo que es necesario avanzar en las mejores prácticas agroambientales, y esa en la misión del INTA. Sin dudas es un tema que lleva sus estudios en laboratorio y en campo. Desde la Estación Experimental de Montecarlo estamos trabajando, por ejemplo, en bioinsumos especifico para el control de plagas en el cultivo de yerba mate y otros productos”, dijo.

 En este caso, se encuentran en etapa de laboratorio con buenos resultados obtenidos, y el próximo paso será el escalado de estos microorganismos y la etapa de ensayos a campo, ya que es una etapa de prueba importante para la evaluación de resultados.

También se trabaja en investigación de estimuladores de crecimientos y otros bioinsumos de plagas de yerba mate. “El INTA es una institución pública nacional, abierta a realizar prácticas y ensayos con las organizaciones o empresas que nos requieran. Trabajamos en forma articulada con la Biofábrica, es decir, hace más de una década que llevamos adelante investigaciones de bioinsumos en yerba mate, por ejemplo, o incluso tenemos el antecedentes, logrando erradicar el uso del bromuro de metilo en la producción de tabaco y de hortalizas a las chacras de Misiones», recordó Wyss.

 En esa línea, remarcó que el desafío del INTA va en línea con las buenas practicas agrícolas, y posicionar la investigación de productos cada vez mas amigables con el ambiente y la salud de las personas.“El camino hacia los bioinsumos está iniciado. El sector productivo colabora con nosotros en estas investigaciones. Recientemente cerramos un acuerdo con una empresa tealera de la provincia para llevar adelante un  estudio de bioinsumos para el control de maleza”, adelanto.

 Ante la consulta respecto a un estudio en marcha o ensayos de algún producto herbicida de base biológica, confirmó que aun en el INTA Misiones no se está trabajando en esta línea. «Pero sí estamos avanzado en control de plagas o fertilizantes. Estamos abiertos a trabajar en forma conjunta con el sector productivo e ir probando algunas innovaciones que puedan ser aplicadas a futuro”, dijo Wyss.

 «Los bioinsumos son un desafío que hay que enfrentar con innovación e investigación para el mejor manejo y buenas prácticas en el sector agroproductivo de la región, es un camino iniciado hacia una producción sustentable y eficiente, y también que garantice la salud y cuidado del ambiente», concluyó.

  

Por Patricia Escobar

@argentinaforest 

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