Emergencia ambiental en Lavalle: vuelco cloacal ya afecta a más de 3.000 hectáreas productivas en Mendoza

Un desvío no informado de aguas residuales al canal Pescara generó una grave crisis ambiental y económica en el departamento de Lavalle, Mendoza. El municipio asegura que no fue notificado y ya contabiliza miles de hectáreas contaminadas, colmenas afectadas y fincas en riesgo.

Región Litoral18/06/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
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Lo que comenzó como una alteración no oficial en el sistema de canales terminó convirtiéndose en una emergencia. Más de 3.000 hectáreas productivas en el departamento de Lavalle, Mendoza, están siendo afectadas por el vuelco de aguas cloacales sin tratar que circulan por el canal Pescara, alterando el equilibrio ambiental de toda la zona sur del departamento.

La situación fue confirmada por Nancy Grifone, directora de Ambiente y Desarrollo Territorial del municipio, en una entrevista radial con Entorno Pyme (Radio Post). Según explicó, ni el municipio ni la inspección de cauce del canal Tulumaya fueron notificados previamente sobre el desvío.

“Nos agarró por sorpresa, como a todos. Imagínense cómo están los productores”, señaló Grifone.

Contaminación en zona clave para la producción
El agua residual ya llegó a áreas de cultivo ubicadas al este de la Ruta Provincial N°24, y los análisis preliminares muestran una alta carga bacteriológica y orgánica, lo que representa una seria amenaza tanto para la agricultura como para la salud ambiental del ecosistema local. Se esperan, además, los resultados de laboratorio sobre la presencia de metales pesados y sales.

Uno de los sectores más afectados es la producción apícola. Lavalle es el mayor productor de miel del oeste argentino, y las abejas, altamente sensibles a los cambios ambientales, están sufriendo las consecuencias.

“La contaminación también afectó la producción de miel. Las abejas son un bioindicador clave: si ellas están mal, algo grave está pasando”, advirtió Grifone.

Medidas tardías y reclamos en marcha
Aunque se habilitó una “zona de sacrificio” para intentar contener parte del vertido en un campo contiguo al basural de Puente Hierro, la medida llegó tarde. El agua contaminada ya avanzó sobre varias fincas, afectando cultivos y apiarios.

Frente a esto, el municipio montó un operativo conjunto con la Dirección de Desarrollo Económico y el Departamento General de Irrigación, que incluye relevamientos territoriales, toma de muestras y asesoramiento técnico.

Además, se está brindando asistencia a los productores para iniciar trámites de resarcimiento ante Aysam, la empresa provincial de aguas. El reclamo se extiende tanto a agricultores como apicultores.

“Nuestro deber es estar del lado de los productores. Vamos a seguir acompañando con todo lo que esté a nuestro alcance”, aseguró Grifone.

¿Cómo llegamos a esto?
Este nuevo episodio de contaminación vuelve a exponer la falta de control en el manejo de los sistemas hídricos y la débil articulación entre organismos responsables. El hecho de que un vuelco cloacal de esta magnitud ocurra sin aviso previo ni coordinación institucional es, por sí solo, un problema grave.

Pero sus consecuencias son aún mayores: pérdidas económicas, deterioro de suelos, impacto en la biodiversidad local y posibles riesgos sanitarios. Todo esto, en un territorio donde el agua es un recurso escaso y fundamental para sostener la vida y la producción.

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