

Un 74 % de los cultivos de soja de la Amazonía y el Cerrado de Brasil presentaba en 2020 “evidencias” de deforestación ilegal o incumplimientos de la legislación ambiental del país suramericano, según un informe publicado por la ONG Instituto Centro de Vida (ICV).
Soja producida con deforestación en Brasil
De las 19 millones de hectáreas cuyos registros fueron analizados en 2020 por la ONG brasileña, el 58 % (11 millones) presentaba entonces “alguna” evidencia de que se deforestó sin autorización previa de los órganos ambientales o de que no se respetaron las normas sobre preservación de vegetación nativa.
En otro 16 % de las tierras (tres millones de hectáreas) había “fuerte” evidencia tanto de que se deforestó sin permiso como de que se incumplieron las reglas de preservación (el código forestal brasileño obliga a mantener entre un 80 % y un 20 % de la flora en las plantaciones).
La coordinadora de la ONG y especialista en gestión ambiental, Ana Paula Valdiones, apuntó en declaraciones a EFE al problema de los atrasos en la implementación del Código Forestal, aprobado hace más de una década, lo que impide tener “claridad” sobre el cumplimiento de la legislación por parte de los agricultores.
“Solo los datos del 1 % de las haciendas de soja registradas han sido validados por un órgano ambiental. Es un porcentaje muy pequeño”, señaló.
Falta de datos y legislación europea
La falta de datos sobre posibles infracciones choca con una norma recientemente aprobada por la Unión Europea (UE) que obliga a sus importaciones agrícolas a cumplir con la legislación ambiental de los propios países productores y a garantizar que no proceden de áreas deforestadas después del 31 de diciembre de 2020.
Sin embargo, según el estudio del ICV, dos quintas partes de la soja plantada en las haciendas con “fuerte” evidencia de incumplimiento se destinó a la exportación, en primer lugar a China (un 44 %) y en segundo lugar a la UE (un 13 %).
En este contexto, Valdiones afirmó que es necesario “acelerar” la implementación del Código Forestal de Brasil y que la UE puede echar una mano con eso mediante apoyo técnico e incentivos.
“Un camino que puede ser fructífero es tener más diálogo entre la UE y países productores para fortalecer lo que ya hacen estos últimos”, indicó.
El Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva se ha expresado en contra de que las nuevas exigencias ambientales europeas sean integradas en el acuerdo comercial entre la UE y Mercosur que actualmente está siendo negociado.
Brasil es el mayor productor de soja del mundo, con una cosecha récord de 154 millones de toneladas este año, un 23 % más que el año anterior, según datos del Gobierno.


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