Corrientes: Especialista advierte que "aún no hemos visto lo peor" de la sequía

Corrientes está atravesando una de sus más dramáticas crisis en materia de recursos hídricos desde que estos datos se relevan (aproximadamente 100 años). Las lluvias están en valores muy por debajo del promedio histórico en la provincia, y ese descenso se hace notar en el día a día.

Decenas de miles de productores ganaderos y agropecuarios han visto afectada su actividad económica y su sustento familiar a causa de la falta de agua. No sólo se trata de pocas lluvias, sino también de la disminución de fuentes de agua para regar cultivos e hidratar animales. Ríos, arroyos, lagunas, esteros, tajamares, lagunas y todos aquellos reservorios naturales de agua que existían y abundaban en la provincia han ido desapareciendo a causa de la falta de precipitaciones y de la demanda constante que existe sobre estos recursos.

En 2022 solo llovió la mitad que el promedio histórico de Corrientes, según indica un informe emitido por el Instituto Correntino del Agua y el Ambiente. Según indica el mismo, a principios de diciembre del año pasado sólo se habían registrado 902 milímetros de agua caída a lo largo del año en la capital provincial, siendo que el promedio durante 2018 y 2019 el registro anual había superado los 2 mil milímetros.

Lo mismo ocurrió durante los años 2020 y 2021. En el primero, el registro apenas llegaba a los mil milímetros (970 a principios de diciembre de ese año), mientras que en el segundo lo superaba por muy poco (1075 al cierre del año).

Con este antecedente y un panorama poco alentador, la sequía se extiende en Corrientes. Los productores piden a gritos asistencia por parte del Estado, políticas de acompañamiento para paliar la crisis climática, exención de impuestos, mientras tratan de sobrevivir y hacer sobrevivir a sus animales y producciones.

Sin embargo, el Investigador del CONICET y exdirector del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL), consultor ambiental, Juan José Neiff, dialogó con Radio Dos y señaló que "aún no hemos visto lo peor de la sequía".

El especialista se refirió a la crisis hídrica que está atravesando la región y que "los efectos de la sequía pueden extenderse en el tiempo". "Esto es comparable con las enfermedades crónicas, cuando las enfermedades crónicas van produciendo efectos acumulativos, uno no se da cuenta hasta que llega a la etapa crítica, acá no hemos superado todavía a la etapa crítica", remarcó.

En cuanto a la sequía, Neiff aclaró que no es un problema que solo afecta a Corrientes, sino que "es de nivel planetario", aseguró. Al respecto, explicó que "lo que está ocurriendo, no es solo en la Cuenca del Plata, sino que es una sequía que se está dando a nivel planetario, que tiene que ver con una menor cantidad de radiación que está produciendo el sol, que no es constante" y que "la perspectiva es poco favorable, ya llevamos tres años de sequía", aseveró.

La consecuencia directa que trae la falta de lluvias, para el especialista, es sobre el suelo. "El suelo de la cuenca se ha secado, y eso trae otro tipo de problemas, como el riesgo de incendio que todos ya conocemos como nos ha ido durante los primeros meses de 2022, y en materia productiva una clara reducción en calidad y en cantidad de producción ya sea en el aspecto ganadero, como en la cuestión agrícola", dijo.

El comportamiento del sol y el mar, claves para generar condiciones de lluvia
Neiff explicó que el comportamiento de los mares y la radiación solar son aspectos fundamentales para la creación de condiciones que permitan las precipitaciones en suelo continental. "El setenta y dos por ciento de la tierra está compuesta por agua de mar, y el sol genera radiaciones que impactan sobre el agua del mar, que se evapora y generan las corrientes que se trasladan al continente formándose lluvias y tormentas", comentó.

"Cuando más radiación solar hay, se evapora más agua y se generan períodos de lluvias intensas que decantan en inundaciones, que es lo que normalmente llamamos como año Niño o Corriente del Niño cuando hay período de exceso de lluvias e inundaciones. En este caso, lo que está ocurriendo es el efecto contrario, donde hay menos radiación solar, no se evapora tanta agua de mar lo que impide la generación de condiciones propicias para la lluvia", explicó detalladamente el especialista. Estimó que podemos tener además del verano, un otoño y un invierno con menores lluvias, por debajo de lo normal.

Asimismo, el especialista argumentó que lo que está ocurriendo es un "período de mínimo solar" y que tiene una duración de aproximadamente once años. "Según los astrónomos y especialistas, este período de mínimo solar concluiría en el año 2030, es decir, que hasta ese año podríamos estar viviendo situaciones como las que se dan en el día de hoy", aseveró.

No obstante, aclaró que "durante algunos años venideros podríamos vivir etapas de condiciones más favorables, donde las precipitaciones podrían acercarse a los valores históricos normales, pero no mucho más que esto". A eso se refiere cuando indica que todavía no se ha visto lo peor.

Perspectiva
Con esta información, y con modelos meteorológicos que traban en el mediano plazo, Neiff sostuvo que "esta situación de lluvias por debajo de los valores históricos normales permanecería hasta el mes de abril, y que a partir de allí la tendencia podría empezar a cambiar". Específicamente, Neiff citó a veinticinco modelos meteorológicos distintos que estudian los escenarios posibles en los próximos meses, y todos coincidieron que "a partir de abril, el fenómeno de La Niña podría comenzar a entrar en una fase neutral".

De hecho, el Servicio Meteorológico Nacional ha indicado que, de acuerdo a los modelos dinámicos y estadísticos, en promedio, en el trimestre enero-febrero-marzo 2023 (EFM), hay sólo 50% de probabilidad de que se mantengan las condiciones "Niña", con lo cual se espera que "La Niña" comience a debilitarse durante el próximo trimestre.

Los pronósticos computacionales en la región Niño prevén anomalías en promedio, inferiores a sus valores normales en el trimestre enero-febrero-marzo 2023 (EFM). El valor promedio de todos los modelos para dicho trimestre es de -0.4°C, lo cual corresponde a condiciones neutrales. Expresado en valores probabilísticos, existe una probabilidad de 50% de que la Niña se mantenga en el trimestre EFM 2023, así como también existe 50% de probabilidad de transición a una fase neutral. Las chances de condiciones neutrales aumentan hacia el fin del verano, principios del otoño.

El especialista eligió mostrarse cauto respecto de los modelos meteorológicos que indican que "La Niña" podría finalizar durante el invierno 2023. "Estos modelos están basados en valores históricos de los últimos 30, 50 o hasta 100 años, y son períodos relativamente cortos de tiempo y que no reflejan por completo el comportamiento real del clima y de los ríos. Los modelos indican que hay un 55 por ciento de probabilidades de que ‘La Niña’ ingrese en una fase neutral, aunque ese valor no es un porcentaje muy elevado", subrayó.

Bajante del río Paraná

"Esta bajante viene para quedarse, realmente la vamos a tener posiblemente durante todo este año. Hoy estamos con solamente 0.92 en Reconquista y ya van tres años en donde no tenemos reclutamiento de peces porque al estar el río encajonado y con aguas bajas no hay desborde en las lagunas y bañados. Es decir, que estamos en un período de achicamiento de la población de peces, y en el desarrollo de algas que vienen de la vertiente del Río Bermejo", consideró el científico dedicado a la investigación ambiental. Es decir, que la seca "se mantendría fácilmente hasta el invierno, en cuanto al río, vamos a tener caudales bajos, semejantes a los actuales, en Reconquista podemos llegar a tener dos metros, pero con eso no hay desborde sobre los bañados y lagunas, hay que ser muy cautos con las autorizaciones que se dan a los torneos de pesca y para el consumo de peces en general, la fauna de peces está en riesgo rojo y va a costar mucho tiempo reponerse", subrayó.

Hay otra cosa que la gente no está percibiendo y es que la misma cantidad de efluentes cloacales que tiene la Cuenca del Plata se vuelva en un caudal que es la tercera parte del caudal normal, entonces los riesgos de las enfermedades hídricas son mucho mayores. Lo que está ocurriendo no es sólo en la Cuenca del Plata, sino que es una sequía que se está dando a nivel planetario que tiene que ver con una menor cantidad de radiación que está produciendo el sol, que no es constante.

"Tenemos un problema climático que pasa a central en países como Argentina y tenemos un problema que se origina cuando queremos sacar los granos, y bajantes como estas no pueden ser liberadas", aseveró. Agregó que esos centros de estudio meteorológicos esperan que "a partir de marzo o abril empezaría a entrar en una fase transicional", evaluó.

Emergencia Agropecuaria: esperan respuesta de la Comisión Nacional

Luego de que el Gobierno provincial diera a conocer que el Ministerio de Producción elevó la documentación correspondiente la semana pasada a la Comisión Nacional de Emergencia Agropecuaria para la homologación de la emergencia agropecuaria, hasta la fecha no obtuvo respuestas concretas. Y lo llamativo es que desde el Ministerio de Economía ayer prorrogaron el estado de emergencia y/o desastre agropecuario para las provincias de Santa Fe, San Juan, Río Negro, Chubut, La Pampa, Catamarca, Santa Cruz, Córdoba y Salta.

Esta lista de las provincias que recibirán la contribución por parte del Gobierno nacional hasta el momento no incluiría a Corrientes. Esta prórroga por 180 días solicitada por Corrientes se debe a la magnitud de los daños ocurridos en las explotaciones productivas, situación que se ve agravada por la falta de lluvias por tercer año consecutivo, sumado a los focos de incendios que se están empezando a presentar en el interior provincial.