Tecnología y cambio climático: El laberinto de la transición
¿Cómo es el vínculo entre producción, pobreza y cambio climático? ¿Cuál es el rol del Estado y la Justicia ante conflictos ambientales? ¿Cómo participar y garantizar que las comunidades afectadas sean escuchadas? Estas son algunas de las preguntas que se debatieron durante la presentación del Informe Ambiental 2023 publicado por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales.
ACTUALIDAD11/05/2023 Agencia TSSPor Vanina Lombardi
Agencia TSS — “A 40 años de democracia, hay que animarse a más y con coherencia, para que el año próximo sea el primer año de democracia ambiental”, dijo la abogada Florencia Gómez, directora de relaciones públicas del Centro de Políticas Públicas para el Socialismo (CEPPAS), durante la presentación del Informe Ambiental (IAF) 2023, publicado por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), que este año lleva el título “El laberinto de las transiciones. Aportes para pensar una salida socioecológica en tiempos de crisis”.
“Son 15 ediciones en años consecutivos, que son casi una crónica de la situación ambiental en la Argentina, y en este informe seguimos caminando hacia la construcción de las transiciones”, le dijo a TSS Andrés Napoli, director ejecutivo de FARN y uno de los compiladores de esta publicación, que reúne datos actualizados sobre distintos aspectos vinculados al cambio climático, las políticas de desarrollo y las soluciones y alternativas que se proponen, como las contradicciones de la transición energética, los límites, paradojas e injusticias de la minería del litio, y la disputa por el uso de la tierra y su impacto en la salud y la biodiversidad.
“Nos toca resolver pobreza, problemas de género, derechos humanos y cambio climático, todo al mismo tiempo, y el IAF nos invita a reflexionar sobre cómo encontrar una salida que sea colectiva y realmente justa, que no requiera dejar a ninguna comunidad fuera de su territorio”, le dijo a TSS Antonella Risso, consultora ambiental especializada en cambio climático y salud, y autora de uno de los artículos compilados en esta publicación, e invitó a reflexionar sobre cómo el cambio climático impacta en la salud.
“En el artículo que escribí hablamos de los incendios que tienen que ver con la salud pública, con cómo producimos alimentos y granos en este país, de qué modo se vincula todo eso y por dónde salimos”, agregó Risso, y agregó que la Argentina y Chile fueron los países donde más aumentó la exposición de incendios en la región. “La población de Rosario no conocía la contaminación del aire ni sabía lo que era levantarse ahogado, hasta hace unos años, y ahora parece que es algo a lo que nos tenemos que acostumbrar. Colectivamente nos tenemos que ocupar de que no”, cuestionó.
Gómez también invitó a animarse a pensar en nuevos diseños institucionales, no solo a nivel provincial sino también federal, e incluso, a repensar el rol de los organismos de crédito internacionales. Además, consideró que la sociedad civil también debe apropiarse del diseño normativo. Al respecto, advirtió que actualmente existen tecnologías disponibles para poder hacer un seguimiento preciso de todo tipo de situaciones, de los desmontes o incendios, por ejemplo, pero también para conocer estadísticas y saber cuántas causas ambientales hay en el país, cuántas causas tiene la Corte, por qué falla un día y no otro. “Lo estamos viendo con los temas más políticos. Como argentinos, a 40 años de democracia y a punto de cumplir casi 20 años de la Constitución de 1994, nos merecemos una democracia ambiental también”, subrayó.
Gómez, que es especialista en políticas de tierras rurales, rechazó las manifestaciones de discriminación y racismo que continúan contra las comunidades originarias, como la reciente sanción en Mendoza de una resolución que sostiene que los mapuches no deben ser considerados pueblos originarios argentinos: “El racismo también es la extranjerización de los pueblos indígenas, decir que no son argentinos, que los mapuches no existen, sacar una ley diciendo que la autopercepción no es válida e identificar a un pueblo indígena con la violencia”, destacó.
El Informe Ambiental (IAF) 2023 fue publicado por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y este año lleva el título “El laberinto de las transiciones. Aportes para pensar una salida socioecológica en tiempos de crisis”.
Otro de los aspectos que se plantearon durante la presentación es el rol de la participación, qué significa participar y cómo hacerlo efectivamente. Al respecto, Verónica Chávez, presidenta de la comunidad de Santuario de Tres Pozos y defensora ambiental del territorio de la cuenca de Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc, no solo conoce sobre discriminación por ser mujer e indígena, sino que también reclama en nombre de su comunidad que les den lugar para tener una participación activa en las decisiones vinculadas a su territorio.
“Al año 2021 había ya 11.000 hectáreas vendidas sin nuestro consentimiento”, dijo Chávez y advirtió que las Salinas Grandes están en peligro. “No queremos la extracción del litio porque utiliza mucha agua y decimos que la consulta tiene que ser colectiva, no individual, porque estamos hablando del agua, que no tiene fronteras”, advirtió. Y destacó: “Queremos resguardar el territorio donde vivieron nuestros abuelos y bisabuelos, tenemos una identidad e historia en esos territorios y queremos dejarlos sanitos, como los hemos encontrado, para las próximas generaciones”.
Hay otras formas de participación, también desde las ciudades y lugares más alejados de los territorios directamente afectados. Al respecto, Mijael Kaufman Falchuk, cofundador y coordinador de política regional e internacional de Consciente Colectivo y representante electo del público para el acuerdo de Escazú, propuso resignificar ese concepto: “¿Qué es participar, qué hacemos con este tipo de participaciones y en que espacios participamos?”, se preguntó y afirmó que la participación no solo debería crecer en cantidad de personas sino también en demandas vinculadas a la agenda ambiental.
“Los momento de transición son momentos grises, en los que no hay una definición hacia un lado u otro. Por eso, no venimos a proponer un decálogo de soluciones sino a decir que hay que transitar los caminos y construirlos con una mirada que no tiene que ser en una sola dirección”, sostuvo Nápoli en diálogo con TSS, y explicó que, si se tienen en cuenta los procesos de explotación de recursos naturales o bienes comunes, no solo hay que considerar que son productores de divisas, sino que también hay que mirar, por ejemplo, adónde y cómo ocurren esos procesos, qué sucede con los territorios, qué pasa con la gente, cuáles son sus derechos y si se respetan.
“La mirada tiene que ser conjunta y abierta. no tenemos una respuesta a la salida de la crisis económica y sabemos que hay que caminar en dirección de una economía baja en carbono con inclusión social, pero la respuesta está en construcción”, concluyó Napoli.
Fuente: unsam.edu.ar