La ola de calor hace estragos en el norte de África y Oriente Próximo

INTERNACIONAL 28/07/2023 La Política Ambiental La Política Ambiental
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Las altísimas temperaturas y la falta de agua convierten en un infierno la vida cotidiana en los campamentos de refugiados sirios
Los cortes de electricidad son una realidad cotidiana para las poblaciones de Egipto, Gaza, Líbano o Yemen
La sucesión de olas de calor registradas a lo largo del mes de julio se está cebando con el norte de África y Oriente Próximo. Tras un año especialmente seco la población de la región, de Siria y Yemen a Marruecos y Argelia, sufre de distintas maneras el estrés hídrico y las altísimas temperaturas, desde problemas de suministro de agua hasta la escasez y encarecimiento de los alimentos pasando por incendios e interrupciones continuadas en el suministro eléctrico. La situación es especialmente dramática en dos de los países del Magreb, Argelia y Túnez, donde los incendios han arrasado miles de hectáreas, obligado a evacuar a centenares de residentes y causado la muerte de decenas de personas.

En plena ola de calor, en Oriente Medio un buen número de zonas de países como Yemen, Egipto, Líbano o los territorios palestinos se están encontrando estos días –en algunos viene siendo una tónica en los últimos meses- con un problema recurrente: las interrupciones en el suministro eléctrico como consecuencia del incremento del consumo principalmente por los aires acondicionados.
En El Cairo, ciudad en la que residen más de 22 millones de personas y centenares de miles de ellas viven cotidianamente en condiciones de gran insalubridad, y en la que se registran, en la tónica del país, temperaturas por encima de los cuarenta grados en las últimas semanas, los cortes se han convertido en una constante.

La localidad yemení de Adén registraba esta misma semana disturbios en sus calles –respondidos con dureza por las autoridades locales- como consecuencia del deterioro de las condiciones materiales y de los frecuentes cortes de suministro eléctrico. En la Franja de Gaza, cuya gestión está en manos partido-milicia islamista Hamás, los cortes de luz superan las 12 horas.
Para los refugiados de los campamentos situados en el norte de Siria la vida cotidiana en las condiciones térmicas de las últimas semanas no puede sino calificarse de dramática. Tampoco se libran estas poblaciones acostumbradas a la escasez y la insalubridad a los incendios en los campamentos. Según una ONG local, el Syria Response Coordination Group, más de 811 campamentos del noroeste de Siria tienen problemas de escasez de agua potable de agua, según se hacía eco la cadena Al Jazeera.
Además, en las últimas jornadas se están registrando incendios en las provincias sirias de Hama y Homs y en las zonas montañosas del norte del Líbano, donde se encuentran los últimos bosques de cedros de la región. Los fuegos también arrasan el entorno de las ciudades jordanas de Ajlun y Jerash.

Por si fuera poco, las dificultades cotidianas para las poblaciones del norte de África, altamente dependientes del cereal ucraniano –como la de otras zonas del continente-, no harán sino incrementarse como consecuencia de la decisión de la Rusia de Putin de suspender el acuerdo de exportación del grano a través del mar Negro.
Los incendios se ceban con Argelia y Túnez
Por segundo año consecutivo, los incendios de zonas forestales, de matorral y urbanas se están cebando con Argelia, que además bate, con el mercurio superando en varias provincias los 51º grados desde hace más de una semana, récords térmicos mundiales. La zona más castigada por las llamas es la septentrional –y en su epicentro se sitúa la región de la Cabilia-, pues la franja norte la única área que cuenta con extensiones de bosque y matorral en un país en su mayor parte desértico.
El balance oficial ofrecido por el Ministerio del Interior argelino el lunes pasado era de 34 muertos –entre ellos una decena de soldados del Ejército- y varios heridos, algunos de ellos presentaban quemaduras graves. Además, de acuerdo al mismo balance, 1.500 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares. La cifra de muertos puede acabar elevándose por encima de la cincuentena. Las altísimas temperaturas registradas en el país magrebí, unido al efecto de los fuertes vientos registrados, ha agravado la situación.

Con todo, al cierre de esta edición la mayor parte de los incendios estaban controlados. Las autoridades locales tienen la sospecha, así ha sido en años precedentes, de que una parte importante de los fuegos han sido intencionados; no en vano, han detenido ya a cinco sospechosos de estar detrás de los siniestros. El país magrebí comienza a acostumbrarse a la macabra realidad de los incendios. Entre 2022 y 2021 casi 130 personas perdieron la vida como consecuencia de los siniestros.
No menos dramática es la situación en Túnez, donde los incendios arrasan centenares de hectáreas en diversos puntos del país, entre ellos la franja limítrofe con Argelia. Después de que el Gobierno tunecino solicitara ayuda a la UE, España ha prometido a las autoridades del país magrebí el envío de dos aviones apagafuegos del Ejército del Aire y del Espacio, además de 27 efectivos militares entre dotaciones, técnicos y personal de enlace de la Unidad Militar de Emergencias, para ayudar en la extinción de los fuegos.
En la noche del martes las autoridades tunecinas daban cuenta del primer fallecido este año, un profesor de la región de Beja muerto por asfixia, como consecuencia del humo provocado por uno de los incendios. Las temperaturas, por encima de los 50º en varias gobernaciones, marcan también récords nacionales en los últimos días.
 

Y mientras las zonas montañosas limítrofes con Argelia sufren la cólera del fuego, más al sur, en las arenas del desierto, se vive en las últimas semanas un espectáculo dramático que ha dado la vuelta al mundo. En medio de un ambiente de creciente xenofobia, miles de migrantes subsaharianos siguen siendo deportados por las autoridades tunecinas hasta los confines con Libia y Argelia desde lugares como Sfax. La segunda ciudad de Túnez, situada en la costa oriental, es el punto principal de partida de los candidatos de la emigración irregular en sus arriesgadas travesías mediterráneas. Decenas de estos migrantes deportados han muerto por falta de agua y alimentos.
Aunque el escenario de altas temperaturas y sequía no es nuevo, la combinación de factores y la intensidad de los fenómenos naturales están haciendo estragos en el conjunto del Norte de África y Oriente Próximo, y la situación no es mejor en otras regiones aledañas. A medio plazo, la situación augura nuevos desplazamientos de población intrarregional y nuevos repuntes migratorios –y más tragedias humanas, en un año que está batiendo récords de muertes- en las distintas rutas del mar Mediterráneo. 

Fuente: niusdiario

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