Buenos Aires: Histórico Fallo contra el "Rey de la Soja" Grobocopatel en Chivilcoy por el uso de agrotóxicos

JUSTICIA AMBIENTAL26/12/2024La Política AmbientalLa Política Ambiental
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Gustavo Grobocopatel, accionista de Los Grobo (Matías Arbotto) Infobae

El reciente fallo judicial en Chivilcoy, que prohíbe a la corporación Los Grobo, dirigida por Gustavo Grobocopatel, fumigar con agrotóxicos en el casco urbano de la ciudad, pone en evidencia la preocupación por el uso de productos químicos peligrosos en zonas residenciales. Este fallo resalta la necesidad de tomar medidas más estrictas para controlar las fumigaciones y prevenir los efectos negativos que estos productos pueden tener sobre la salud de las personas y el medio ambiente.

Los Grobo, una de las corporaciones más grandes del país en el sector agropecuario, está dirigida por Grobocopatel, quien ha sido un actor clave en la expansión del modelo de cultivo de soja en Argentina. A través de este modelo, la empresa ha utilizado grandes cantidades de agrotóxicos para garantizar la productividad de los cultivos. Sin embargo, este modelo ha sido cuestionado por sus impactos sobre la salud humana y el medio ambiente, especialmente cuando las fumigaciones ocurren cerca de áreas urbanas.

El caso de Chivilcoy: Fumigaciones sin medidas de protección
El incidente que dio lugar al fallo en Chivilcoy ocurrió el 17 de diciembre de 2024, cuando empleados de Los Grobo realizaron fumigaciones con agrotóxicos en pleno centro urbano de la ciudad, sin las precauciones mínimas de seguridad. La fumigación afectó las vías públicas y los alrededores de la planta de la empresa, lo que generó preocupación entre los vecinos de la zona, especialmente porque gran parte de la población local depende de agua de pozo como fuente de consumo.

Este hecho fue denunciado por una vecina que solicitó una medida cautelar, que finalmente fue aprobada por la Justicia de Mercedes. El fallo, que establece la suspensión de las fumigaciones en el área urbana, resalta la necesidad de tomar medidas preventivas para proteger a la comunidad de los riesgos asociados con el uso indiscriminado de productos químicos.

La responsabilidad empresarial y la falta de regulación
El fallo de Chivilcoy subraya una cuestión más amplia: la falta de regulación y control sobre el uso de agrotóxicos en áreas cercanas a comunidades residenciales. Aunque existen normativas que regulan las fumigaciones, muchas veces las empresas no cumplen con las medidas necesarias para garantizar que sus prácticas no afecten la salud pública ni el medio ambiente. En este caso, Los Grobo no tomó las precauciones necesarias, lo que generó un riesgo para los habitantes de Chivilcoy.

Este caso también pone de relieve la necesidad de que las empresas agropecuarias actúen con mayor responsabilidad al aplicar productos químicos en sus cultivos, especialmente cuando están cerca de áreas pobladas. Las autoridades deben asegurarse de que se cumplan las normativas y de que las empresas proporcionen los informes necesarios sobre el uso de agrotóxicos, los protocolos de seguridad empleados y los estudios de impacto ambiental previos y posteriores a las fumigaciones.

Un modelo agrícola que necesita ajustes
El caso de Los Grobo y Grobocopatel es solo uno de los muchos ejemplos de las tensiones que existen entre el modelo agrícola intensivo y las preocupaciones por la salud pública y el medio ambiente. Si bien Grobocopatel ha sido un referente en la expansión de la soja transgénica y el agronegocio en Argentina, su modelo de producción agrícola ha sido cuestionado por el uso intensivo de agrotóxicos y su impacto en las comunidades cercanas.

La industria agropecuaria de Argentina enfrenta un desafío importante: encontrar un equilibrio entre la productividad agrícola y el respeto por el medio ambiente y la salud pública. Las empresas como Los Grobo, que lideran la producción de soja, deben ser conscientes de los riesgos que implica el uso de agrotóxicos y actuar de manera más responsable para evitar que situaciones como la ocurrida en Chivilcoy se repitan en otras localidades.

El fallo como un precedente y una oportunidad para mejorar
El fallo judicial de Chivilcoy es un paso positivo en la protección de la salud pública y el medio ambiente, pero también debe servir como un recordatorio de la necesidad de fortalecer la legislación y los mecanismos de control en todo el país. Si bien este fallo es importante, también se deben tomar medidas a nivel nacional para garantizar que las empresas agropecuarias cumplan con las normativas y se prioricen la seguridad y el bienestar de las comunidades cercanas a los campos de cultivo.

Este tipo de decisiones judiciales deben convertirse en un precedente para la regulación del uso de agrotóxicos en áreas urbanas y rurales. Además, deben fomentar un cambio hacia un modelo agrícola más sostenible, que reduzca la dependencia de productos químicos y promueva prácticas más respetuosas con el entorno y las comunidades.

Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos: La regulación es insuficiente
En Buenos Aires, varias localidades han comenzado a tomar medidas para restringir las fumigaciones en áreas urbanas, pero la implementación de estas medidas es desigual. En muchas ciudades del interior, como Chivilcoy, no existen regulaciones claras o la falta de control es evidente. La provincia de Buenos Aires aprobó en 2019 la Ley 12.522, que establece ciertas restricciones, pero no ha sido suficiente para erradicar los riesgos derivados de las fumigaciones cerca de centros urbanos.

Santa Fe es otro ejemplo donde, aunque algunas localidades han comenzado a tomar medidas preventivas, la regulación sigue siendo un desafío. Ciudades como Venado Tuerto o Rafaela han promovido ordenanzas que limitan las fumigaciones cerca de las zonas urbanas, pero la aplicación de la ley es inconsistente. En muchas áreas rurales de la provincia, los agroquímicos continúan siendo utilizados de manera desmedida, sin control suficiente sobre los métodos de aplicación y sin tener en cuenta los efectos sobre la salud humana y el ambiente.

En Entre Ríos, la situación es similar. Si bien existen algunas normativas que exigen la notificación de las aplicaciones de agroquímicos y la distancia mínima de seguridad entre las zonas urbanas y los campos fumigados, la falta de cumplimiento es un problema recurrente. La falta de capacitación en los productores y la falta de fiscalización por parte de los organismos provinciales agravan la situación.

Córdoba: Progreso, pero con grandes desafíos
En Córdoba, que es una de las provincias con mayor producción agropecuaria, la fumigación con agrotóxicos se lleva a cabo sin un control efectivo en muchas localidades. Aunque algunas ciudades, como Río Cuarto, han implementado ordenanzas para limitar las fumigaciones cerca de áreas residenciales, la falta de regulaciones más estrictas sigue siendo un problema. En 2016, la provincia aprobó una ley que establece restricciones para el uso de agroquímicos en zonas rurales, pero el control de esta ley sigue siendo débil y la fiscalización es insuficiente.

El impacto de los agroquímicos: Salud y ambiente en peligro
El uso de agrotóxicos en zonas cercanas a centros urbanos y rurales tiene consecuencias graves para la salud humana, animal y para el medio ambiente. Entre los riesgos más inmediatos se encuentran los efectos tóxicos de estos productos químicos, que pueden contaminar fuentes de agua, afectar la biodiversidad, y provocar enfermedades respiratorias y cánceres en las personas expuestas. En el caso de Chivilcoy, la denuncia mencionaba que el uso desmedido de agrotóxicos podía contaminar el agua subterránea, que es la principal fuente de consumo de la población.

El desafío de una legislación nacional coherente
Aunque algunas provincias han comenzado a regular las fumigaciones con agrotóxicos en áreas cercanas a centros urbanos, la falta de una legislación nacional coherente y unificada sigue siendo uno de los grandes obstáculos para lograr un control efectivo sobre el uso de estos químicos. Es necesario que el Congreso Nacional apruebe una ley que regule el uso de agroquímicos en todo el territorio argentino, con medidas claras sobre las distancias mínimas de fumigación, el uso de protección por parte de los aplicadores, y la obligación de realizar estudios de impacto ambiental antes de cada fumigación.

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