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En un avance clave por el derecho humano al agua segura, la Justicia de Dolores dictó una sentencia cautelar que ordena medidas urgentes frente a la contaminación con arsénico en el agua de red en General Belgrano, provincia de Buenos Aires. La decisión judicial representa un triunfo de años de lucha de vecinos autoconvocados y de la organización Convocatoria Ambiental Belgranense, que vienen denunciando esta grave problemática sanitaria y ambiental.
La región se abastece de napas subterráneas que, desde hace años, presentan niveles preocupantes de arsénico. Sin embargo, en el último tiempo los valores se han elevado de manera constante, superando el límite máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y establecido por el Código Alimentario Argentino: 10 microgramos por litro.
¿Qué implica este fallo?
El juez Santiago Cremonte dictó medidas cautelares urgentes que ordenan a la empresa Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA) a:
Además, el juez exigió que el Consejo Escolar Distrital actúe de inmediato, ya que el agua contaminada no solo no debe beberse, sino que tampoco puede utilizarse para cocinar en los comedores escolares, donde la salud de niñas, niños y adolescentes está en juego.
“Estamos ante una violación directa al derecho al agua segura. No se trata solo de calidad ambiental, sino de salud pública y derechos humanos”, afirman desde Convocatoria Ambiental Belgranense.
¿Por qué es tan grave?
El arsénico está clasificado como sustancia cancerígena por la OMS. Su ingesta prolongada a través del agua puede generar el Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), una enfermedad que afecta gravemente la piel, órganos internos y aumenta el riesgo de distintos tipos de cáncer.
El impacto es aún mayor en poblaciones vulnerables como niños, niñas, embarazadas y adultos mayores. La exposición diaria, aunque sea en pequeñas dosis, acumula efectos devastadores a largo plazo.
No es un caso aislado: otras zonas del país también sufren esta crisis
El problema del arsénico en el agua no es exclusivo de General Belgrano. Se estima que más de 4 millones de personas en Argentina consumen agua con niveles de arsénico superiores a los recomendados. Algunas de las regiones más afectadas son:
La situación se agrava en zonas rurales o semirrurales sin acceso a redes de agua tratada, donde las napas contaminadas son la única fuente disponible para las comunidades.
Una lucha por el derecho a lo básico
Este fallo sienta un precedente muy importante: el Estado y las empresas prestatarias deben garantizar agua segura, y si no lo hacen, deben responder. La salud no puede esperar. La sentencia judicial es, además, una señal de respaldo a las comunidades organizadas, que reclaman con firmeza lo que la ley y la ética ya les reconoce: el derecho a vivir sin veneno en el vaso.
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