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Jujuy: Analizan los condicionantes de arraigo rural en puneños

En San Francisco de Alfarcito se detectó poco acceso a servicios básicos, caminos intransitables, falta de transporte, otros.

Región Noroeste 19/10/2022 La Política Ambiental La Política Ambiental
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Un estudio iniciado recientemente en una localidad rural de la Quebrada busca analizar estrategias innovadoras para el arraigo de familias con base en un abordaje que incluye la escucha en talleres sobre los factores que suele impulsarlos a irse. La dificultad de permanencia suele ser por la ausencia de servicios básicos, dificultad de acceso por transporte o caminos inaccesibles por temporadas, y falta de conectividad.

El proyecto se denomina "Estrategias y prácticas innovadoras para el arraigo de las familias agropecuarias y la integración de jóvenes rurales a los procesos de innovación territorial", del cual se realizó el primer taller participativo para la construcción de conocimientos conjuntos acerca de los condicionantes del arraigo rural.

"Estamos trabajando dentro de un proyecto estructural de Inta que tiene que ver con caracterizar las problemáticas vinculadas al arraigo de las familias rurales y específicamente ver cuál es el rol de los jóvenes en los procesos de innovación territorial. Esto tiene que ver con cuestiones de larga data que tienen que ver con múltiples factores con las migraciones desde el ámbito rural", explicó Laura Alcoba, licenciada en Sociología e investigadora en el Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar de la Región Noroeste (Ipaf NOA) quien trabaja con un equipo de pares.

Planteó que se trata de una problemática que afecta a las comunidades rurales pero también a la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios, que tiene que ver principalmente con la permanencia de productores en el ámbito rural.

La idea era trabajar en los diagnósticos territoriales de distintos lugares del país, y que a raíz de la pandemia los primeros pasos que se abordaron fueron más vinculados a ese contexto, mediante un estudio que significó un relevamiento a través de las tecnologías para identificar cómo las comunidades rurales estaban transitando el aislamiento.

Si bien al principio no fueron tan importantes los contagios, la imposibilidad de trasladarse a las ciudades dio cuenta de la dificultad de acceder a derechos básicos como la asistencia sanitaria y a tramitar una jubilación o alguna ayuda por la situación de crisis derivada por la pandemia.

Aseguró que hay dificultades estructurales que son de larga data sobre la permanencia de las familias en la ruralidad, vinculados a la ausencia de servicios básicos, de transporte por las características de los caminos de acceso que muchas veces se cortan o son intransitables en ciertas etapas del año. Tiene que ver con la ruralidad en el país debido a que al no tratarse de grandes poblaciones, las políticas públicas no apuntan a resolverlas.

"Los problemas de la ruralidad suelen ser históricamente los mismos, hoy se suma la centralidad que tiene la conectividad en un montón de cuestiones, la dificultad para acceder a beneficios y ejercer derechos están atravesados por esa posibilidad. En la ruralidad hoy son muy pocas las comunidades que tienen internet, en calidad y en condiciones suficientes", precisó. Aclaró que esto no se da sólo en Puna sino en localidades a 70 km de una ciudad capital.

Con los jóvenes tiene que ver con una búsqueda de identidad, de una profesión, una actividad en la cual identificarse por lo que siempre es una edad en la cual se pueden dar procesos de movilidad y migración. "Cuando se les da una oportunidad de manifestarse, hay deseo de permanecer, de continuar con las actividades, pero muchas veces las condiciones en las que se ejerce ese trabajo, la dureza de la actividad rural de las pequeñas explotaciones donde hay muy poco desarrollo tecnológico y no hay muchas posibilidades de facilitar la vida allí, hace que termine siendo una obligación irse más que un deseo de ellos", explicó.

Sostuvo que hay mucho por desarrollar y empezar a pensar la ruralidad no sólo como un espacio a gran escala sino donde se puedan desarrollar otros servicios, ya que la pandemia develó que hay abastecimiento de alimentos y otros productos de grandes centros urbanos, sobre todo en las regiones NOA y NEA.

Por ello consideró que hay que encontrar estrategias de desarrollo integral, que las localidades del interior puedan desarrollar actividades de modo que los jóvenes no solo sean agricultores sino que puedan hacer valor agregado, abastecimiento y/o venta de servicios.

Entiende que esto tiene que ver con fortalecer también los gobiernos locales de modo que puedan generar otras estrategias.

En talleres buscan estrategias de desarrollo

Esta actividad es parte del proyecto “Estrategias y prácticas innovadoras para el arraigo de las familias agropecuarias y la integración de jóvenes rurales a los procesos de innovación territorial”. Se inició con una serie de talleres participativos con distintos ejes claves para pensar la migración y el arraigo, que se están realizando en doce puntos del país. Contemplan las problemáticas que ellos perciben para continuar en la ruralidad vinculadas a problemáticas de empleo y de educación, que a veces determinan si se quedan o no, y sobre cuáles son los canales de abastecimiento de alimentos.

En la provincia de Jujuy el estudio se centra en la localidad de San Francisco Alfarcito donde se trabaja y se busca sostener la identidad con talleres para pensarse como comunidad, logrando mantener la idiosincrasia del espacio y las características de los sistemas productivos. El proyecto es del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) en articulación con el Ministerio de Ciencia y Tecnología (Mincyt) a partir de una línea de financiamiento de “Ciencia y Técnica contra el hambre”. “A lo que apuntamos es a identificar cuáles son las principales problemáticas asociadas al desarraigo, entendiendo que para que sean sostenibles los sistemas de producción hay que trabajar en esas cuestiones que hagan que mejore las condiciones de vida y de hábitat en la ruralidad”, precisó Laura Alcoba.

Una familia del barrio 9 de Julio de Palma Sola está consternada por el envenenamiento de sus mascotas.

Se trata de la familia de Mario Diaz, un empleado municipal. El hombre expresó su dolor por la muerte de sus animalitos, relatando que "veo a una de mis perros muriendo a causa del veneno, sin darme cuenta de que mis otros perritos también me pedían ayuda. Era una desesperación sin control y sin poder hacer nada, en ese momento solo sentía impotencia, bronca, de cómo pueden hacerles eso a los animalitos. Mis vecinos hace un tiempo atrás pasaron por la misma situación que es horrible, sin poder ayudarlos".

Dijo que se trabaja entendiendo que muchas veces son las poblaciones rurales que migran a los conglomerados urbanos y terminan teniendo problemas de seguridad alimentaria, siendo que en la ruralidad la autonomía que tienen es la de producir su propio alimento. Laura Alcoba es investigadora en el Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar de la Región Noroeste (Ipaf NOA). Se especializa en la temática de estructura agraria y sujetos sociales; caracterización de estrategias de reproducción de la agricultura familiar en el sector y en tramas productivas, comerciales y socioorganizacionales del sector.

Fuente: eltribuno

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