
Bolivia registra por primera vez con vida al enigmático “jochi con cola”: una esperanza para la fauna silvestre
Una historia de rescate, ciencia y compromiso que marca un hito en la biodiversidad boliviana.
Por Bruno Kelly
MANAUS, 6 oct (Reuters) - La vida se ha paralizado en una aldea flotante encallada en los lodazales dejados por la grave sequía en la selva amazónica de Brasil.
Las embarcaciones a motor se tambalean en el lodo y ya no transportan pescado, fruta ni verduras, ni llevan a los turistas a ver la cercana confluencia de los ríos Negro y Solimoes, que forman el caudaloso Amazonas.
Al secarse el lago Puraquequara, también se ha evaporado el negocio de los propietarios de barcos y tiendas flotantes que también están atrapados en el lodo.
"Nuestras tiendas no tienen clientes. Estamos aislados, los barcos no pueden entrar ni salir del lago", afirma Isaac Rodrigues, residente local. "Vamos a estar aquí hasta que Dios nos envíe agua".
El Gobierno de Brasil dijo la semana pasada que se está preparando para proporcionar ayuda de emergencia a los habitantes de la región amazónica afectada por una sequía récord que ha drenado los ríos que son su sustento vital.
La sequía amazónica, al igual que las inundaciones en el sur de Brasil, es consecuencia del fenómeno de El Niño, que calienta las aguas superficiales del océano Pacífico, según los expertos.
La situación en el lago Puraquequara es tan grave que apenas hay agua para beber o cocinar. Ivalmir Silva pasó un día entero cavando un pozo de agua en la planicie de lodo que se está secando.
El tendero Otenisio de Lima, que lleva un sombrero de vaquero para protegerse del sol abrasador, dice que los pescadores no pueden traer sus capturas y que han dejado de llegar productos como plátanos y berzas.
"Todo se ha vuelto muy difícil. Las ventas han bajado y hay días en que apenas ganamos lo suficiente para vivir", dijo otro comerciante, Raimundo Silva do Carmo, mientras se bañaba con un cubo de agua sacada de un pozo improvisado que él mismo cavó.
(Reporte de Bruno Kelly; Escrito por Anthony Boadle; Editado en español por Aida Peláez-Fernández)
Una historia de rescate, ciencia y compromiso que marca un hito en la biodiversidad boliviana.
Una historia de rescate, ciencia y compromiso que marca un hito en la biodiversidad boliviana.
Son 10.000 hectáreas en Río Negro, bosques nativos, acceso exclusivo al agua.