Córdoba: 25 días de prisión por causar un peligro de incendio en las sierras

ACTUALIDAD04/02/2025La Política AmbientalLa Política Ambiental
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En 2022, los focos más grandes y complejos se dieron entre septiembre y noviembre. (La Voz)

En un contexto de emergencias ambientales cada vez más frecuentes, el sistema judicial de Córdoba envió un claro mensaje al imponer una pena de 25 días de prisión efectiva a un vecino de la localidad de Nono, en el Valle de Traslasierra. El hombre fue condenado por causar un peligro de incendio al quemar restos secos de poda en pleno periodo de alerta ambiental, en un hecho que destaca la importancia de la responsabilidad individual frente a la crisis climática que atraviesa el país.

El incidente ocurrió el pasado 3 de septiembre de 2024, cuando, en pleno mediodía, el infractor fue hallado quemando ramas secas en su lote rural ubicado en el paraje La Quinta, en la zona rural de Nono. El lugar, cubierto de maleza seca, se convirtió en un terreno altamente propenso a la propagación de fuego. A pesar de estar al tanto del riesgo que implicaba realizar una quema sin las debidas precauciones, el hombre continuó con su acción hasta que un llamado anónimo alertó a la policía. A su llegada, ya se había formado un foco de incendio, que fue controlado gracias a la rápida intervención de los bomberos.

Este acto, en pleno contexto de incendios forestales en las zonas serranas y rurales de la provincia, no pasó desapercibido para la justicia. Según el Código de Convivencia Ciudadana de Córdoba (Ley N.º 10326), quemar sin las debidas precauciones constituye una infracción, y en este caso, se produjo durante el periodo de emergencia ambiental declarado por el gobierno provincial. Dado el contexto, la pena para este tipo de contravención fue severamente agravada.

El juez José María Estigarribia, responsable de la resolución, destacó que, si bien la sanción mínima contemplada por la ley era de 50 días de arresto no redimible por multa, el acusado obtuvo una reducción de pena al reconocer su culpabilidad. Así, la pena fue establecida en 25 días de prisión, una sentencia que el magistrado consideró necesaria no solo para castigar el hecho, sino para enviar un mensaje claro y ejemplificador a la sociedad.

“El medio ambiente es el lugar donde se desarrolla toda actividad humana y no humana, y sin el cual no hay posibilidad de vida alguna”, resaltó el juez, al justificar la sentencia como una medida preventiva para evitar futuros incidentes. Según Estigarribia, la pena no solo debe ser vista como una respuesta a este caso específico, sino también como un llamado a la reflexión para toda la población, que debe tomar conciencia de los efectos devastadores de los incendios forestales, que afectan a la fauna, la flora y a las comunidades.

En la actualidad, el cambio climático es una de las principales amenazas globales, y Argentina no es ajena a este fenómeno. La cada vez mayor frecuencia y virulencia de los incendios forestales en diversas provincias, especialmente en la zona central del país, es una clara señal de alerta. La quema descontrolada de pastizales, residuos o restos de poda, como en este caso, no solo pone en riesgo la salud de las personas, sino también la de todos los seres vivos que habitan el territorio.

La justicia ha decidido actuar con contundencia, y este fallo puede ser una herramienta clave para educar y sensibilizar a la ciudadanía en tiempos donde las acciones individuales pueden tener repercusiones enormes en el bienestar colectivo y en la preservación de los recursos naturales. Al mismo tiempo, plantea un desafío para las autoridades, que deberán seguir trabajando en estrategias de prevención y en la implementación de políticas ambientales más estrictas, que protejan nuestros ecosistemas ante los efectos devastadores del cambio climático.

La condena, además, se enmarca en la necesidad urgente de que cada individuo asuma su responsabilidad frente al medio ambiente. En un país como Argentina, donde la biodiversidad es una de las más ricas del planeta y donde recursos como el litio, el gas y el petróleo juegan un papel crucial en la economía, el equilibrio entre el desarrollo económico y la conservación del entorno debe ser prioritario.

Este fallo se suma a la creciente conciencia sobre la importancia de cuidar el medio ambiente, un valor que no solo involucra a los sectores especializados, sino que debe convertirse en un principio fundamental para toda la sociedad. La naturaleza, su preservación y la lucha contra el cambio climático requieren, más que nunca, del compromiso colectivo. Este tipo de sanciones, aunque difíciles de aceptar para quienes infringen las normas, sirven como un recordatorio de la urgente necesidad de cambiar hábitos y actuar de forma responsable, tanto a nivel individual como social.

En tiempos de crisis climática, la justicia comienza a jugar un rol fundamental en la protección del ambiente, y casos como el de Nono son una advertencia para quienes, aún sin malas intenciones, ponen en riesgo el equilibrio natural. No hay margen para la indiferencia: el futuro del planeta depende de las decisiones que tomemos hoy.

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